Las reacciones
ERC, partido del que Heribert Barrera fue secretario general durante la transición, se desmarcó ayer de nuevo de las opiniones de se antiguo líder. El actual secretario general de Esquerra, Josep Lluís Carod-Rovira mostró de nuevo su oposición a las tesis de Barrera al ... afirmar que «la abolición de la pena de muerte constituye uno de los avances más destacados de la sociedad democrática y un factor de civilización, ya que ninguna causa puede justificar la pérdida de una vida humana». Carod insistió en que las opiniones de Barrera «son exclusivamente personales», además de «rechazables y condenables» en aspectos como su defensa del neonazi austríaco Jörg Haider.
En opinión del presidente del PP catalán, Alberto Fernández, las declaraciones de Barrera «corroboran la visión más excluyente del nacionalismo» y consideró que son «inaceptables», porque «olvida que los etarras son vulgares asesinos y no merecen ningún tipo de respeto». Además, Alberto Fernández lamentó que «haya tenido que ser la editorial» quien decidiera suspender el acto de presentación del polémico libro de Heribert Barrera «y no el presidente de la Generalitat».
La dirección del PSC consideró «un peligro para la democracia» las declaraciones de Barrera. La diputada Carme Chachón aseguró que «uno de los peligros más importantes para nuestra democracia es que un presidente de gobierno dé su apoyo, a través de la presentación, a un libro de marcados tintes xenófobos y racistas». Tras la suspensión de la presentación del libro, el líder del PSC, Pasqual Maragall, advirtió que «no es una buena noticia que no hable -Barrera- sino que piense lo que dice en el libro».
El líder de Unió, Josep Duran Lleida, instó a Jordi Pujol a «reconducir el debate» sobre la inmigración y a «rechazar los discursos catastrofistas», porque «plantear el debate en el terreno de los sentimientos es un gravísimo error». El democristiano advirtió que CiU y la Generalitat «no pueden callar ante determinadas manifestaciones sobre la inmigración».
Artur Mas, número dos del gobierno catalán y de CiU, aseguró que «Pujol no comulga al cien por cien con las ideas del libro» que se prestó a presentar por amistad personal con Barrera.
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