Rajoy y Acebes se perfilan como posibles sucesores de Aznar

Sorpresa en el Consejo

En el primer Consejo de Ministros tras las vacaciones el jefe del Ejecutivo comunicó a su Gabinete el adelanto del proceso. A la mayoría de los ministros les pilló por sorpresa, convencidos como estaban de que la decisión se retrasaría todavía unas semanas, hasta finales de mes y comienzos de octubre. Algunos de los colaboradores más estrechos de las personas mejor situadas para la sucesión, como por ejemplo Mariano Rajoy, tuvieron que adelantar la vuelta de sus vacaciones. Uno de los posibles sucesores, Jaime Mayor Oreja, que en julio se veía con posibilidades, tomó ayer un avión para volver de inmediato en Madrid.

Alguno de los hombres del presidente dejaba caer que, tal vez a la vuelta de Menorca, Aznar estaba dispuesto a «despachar» el asunto. Y se asegura en fuentes del PP que Aznar ha comunicado su decisión al Rey en su despacho del pasado día 26 en el Palacio de Marivent.

Otros conocieron por boca del presidente del Gobierno su pretensión de convocar al Comité Ejecutivo Nacional y a la Junta Directiva con cierta celeridad; en concreto, el secretario general del PP, Javier Arenas, y varios miembros de su equipo. De hecho, tocaba reunión de la Junta Directiva con carácter ordinario a comienzos del curso político, aunque nadie se atrevía a aventurar qué es lo que decidiría finalmente su jefe de filas.

Lo cierto es que Aznar tenía cerrado el calendario sucesorio antes de irse a su descanso vacacional en Menorca, según aseguraron a ABC fuentes de La Moncloa. La intención del jefe del Ejecutivo poco tenía que ver con los meandros por los que discurrían los pensamientos de buena parte de los dirigentes de su partido, que elucubraron con la posibilidad de que acontecimientos como la repetición de elecciones en la Comunidad de Madrid o la presentación del Plan Ibarretxe retrasaran todo el proceso. «Siempre puede haber motivos para demorar una decisión -argumentaron las mismas fuentes consultadas-, pero sólo había que pensar en cómo podía salir mejor todo esto». Y la mejor manera, apuntaron, era «arrancar el curso político con el sucesor». «Una nueva marca, un coche, un candidato, no se deciden al terminar el curso», agregan, frente a los que preconizaban que el nombre del candidato debía conocerse antes del verano, entre ellos, algunos de los presidenciables. Y este comienzo de curso no puede empezar con mayores bríos para el Gobierno y el PP, que en siete días abordarán una de las decisiones históricamente más importantes para este partido desde que en 1989 se decidiera la candidatura a las generales de Aznar, así como la última remodelación del Gobierno con la salida del ministro de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué.

Peregrinaje a Moncloa

Aznar solventará así en apenas un fin de semana la cuestión sucesoria, para la que todavía va a mantener muchas conversaciones con los dirigentes más significativos del partido. Comenzaron ayer mismo y culminarán entre hoy y mañana. No obstante, fuentes de su entorno aseguran que «él lleva mucho tiempo hablando de este tema con la gente más relevante del PP» y con no pocos miembros de su equipo «monclovita», quienes se inclinan indubitadamente por la candidatura del vicepresidente primero y ministro de la Presidencia, Mariano Rajoy, pero sin descartar a Ángel Acebes. En cualquier caso, es previsible que Moncloa sea este sábado y domingo escenario del «peregrinar» de buena parte de los más importantes dirigentes populares, entre ellos, los tres vicesecretarios generales, Rodrigo Rato, Jaime Mayor Oreja y Mariano Rajoy,

La proclamación del candidato derivará en un escenario inédito, en el que Moncloa y el PP deberán hilar muy fino. Hasta las elecciones generales de marzo de 2004, el debate político estará centrado en cuestiones de calado, como el Plan Ibarretxe o las elecciones en Madrid y Cataluña. Serán seis meses intensos, en los que Aznar y su sucesor deberán repartirse juego. «El papel de Aznar, toda vez que va a estar gobernando medio año más y con un candidato más que probable ganador en el 2004, va a cambiar», admiten personas de su equipo que, sin embargo, no aventuran hasta qué punto se producirán dichos cambios. En este sentido, recuerdan que el jefe del Ejecutivo ha dicho claramente que «estaré a lo que me diga el candidato», por lo que, una vez designado éste, ambos abordarán con calma cómo llevar adelante esos seis meses de clara bicefalia, sin olvidar que deberá procederse asimismo a una delegación de funciones en el liderazgo del partido -según el modelo que Fraga y el propio Aznar aplicaron en 1989-, hasta que se celebre el próximo Congreso del PP.