Rajoy defiende el crédito de España

No hubo concreciones por parte del líder del PP, pero sí una reiterada defensa del crédito y fiabilidad de España, tan vapuleados estos días en los mercados financierons internacionales. Rajoy proclamó que las cosas «se puede hacer de otra manera, España es un gran país, de fiar, y los españoles son de fiar. El único que no es de fiar es el Gobierno que preside Zapatero».

Ante una militancia y simpatizantes animados por unas encuestas que, por vez primera en la historia, les da vencedores en Andalucía de la mano de Javier Arenas, el líder del PP explicó que lo que se dirime no se circuncribe ya a un debate entre izquierdas o derechas sino al hecho de que España, como «gran país», necesita de otro Gobierno. «Lo que está pasando tiene solución», dijo Rajoy para recordar a continuación que «siempre que se han generado las condiciones, los españoles han estado a la altura».

«Engañar y dilapidar»

A juicio del líder del primer partido de la oposición, el Gobierno socialista «engañó a la gente y dilapidó la mejor herencia recibida en España», en alusión a la reiterada negativa del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a reconocer una crisis que ya mostraba su peor cara, así como a la ausencia de un plan económico que incorporara reformas estructurales como las que ahora se pretenden con la amplicación de la edad de jubilación o la anunciada reforma del mercado laboral, aunque en ninguno de los dos casos explicó Rajoy cuál es la postura de su partido.

Ese «Gobierno incapaz instalado en la autocomplacencia», se dedicó «a gastar, a hipotecarnos hasta el infinito y, ahora, a dar palos de ciego», afirmó en uno de los irreductibles bastiones del socialismo andaluz. Así, tras afirmar que «se ha perdido mucho tiempo, demasiado», cuestionar la credibilidad del Gobierno y acusarle de generar alarma e incertidumbre, creyó finiquitado «el tiempo de las inercias y de los engaños».

Crecido por los últimos sondeos sobre intención de voto, algunos de los cuales le sitúan incluso seis puntos por encima de un noqueado Rodríguez Zapatero, arremetió contra todas las decisiones económicas del Ejecutivo socialista, al tiempo que resumió el panorama en una lapaidaria frase: «Es el Gobierno de la nada».

Pero a pesar de su demoledora crítica, Mariano Rajoy no ofreció a los suyos lo que muchos, sin duda, esperaban. Nada de petición de elecciones anticipadas, ni de cuestiones de confianza, ni tampoco, de presentación de mociones de censura. Es más, el líder de los populares explicó que en esta situación «no son buenas las ocurrencias, las improvisaciones, generar más confusión todavía, es el momento de mantener la serenidad y la calma. No voy a responder con ocurrencias porque no es bueno», sentenció,con lo que venía a no secundar a quienes desde las filas del PP (Aguirre y González pons) han pedido un adelanto electoral. Tampoco quiso recordar, como hizo a finales de diciembre, eso sí, a preguntas de la prensa, que no descartaba un instrumento como el de la moción de censura.

«Cambio de rumbo»

La única concesión al respecto fue cuando dijo que «si (Rodríguez Zapatero) no está dispuesto a hacer lo que debe hacer, su resposnabilidad ante España y la historia le será exigida por el PP». Así, reiteró su petición de que el presidente del Gobierno comparezca ante el Parlamento «y que nos diga cómo y qué va a hacer, en qué situación está España y que no vuelva a engañarnos».

Lo urgente, dijo el líder de la oposición , «es un cambio de rumbo, una rectificación en toda regla sin la cual no se puede afrontar la crisis». En definitiva, sentenció : «Vamos a recuperar el prestigio del país en cuanto el presidente del Gobierno deje su responsabilidad».