Puigdemont se suma a las recusaciones de Junqueras, Romeva y Bassa contra dos magistrados del TC

En un escrito de 86 páginas al que ha tenido acceso ABC, el abogado Gonzalo Boye se apoya en el concepto de imparcialidad del Tribunal Europeo de Derechos Humanos como «piedra angular» del derecho a un proceso justo. Considera que esa imparcialidad no se puede predicar de Arnaldo porque «ha tomado posición sobre los asuntos que son objeto de este recurso de amparo, así como por su animadversión hacia los recusantes». Señala que en el libro «Tiempo de Constitución: límites, controles y contrapesos del poder», el magistrado (catedrático de Derecho Constitucional) «da buena cuenta de su toma de partido por las tesis de la acusación, así como por el hacer de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo», que condenó a los líderes del 'procés'..

Arnaldo, dice Boye, llegó a tildar de «enfermos del sectarismo» a quienes discreparan de la decisión del exfiscal general del Estado Manuel Maza de interponer una querella criminal por el delito de rebelión -«por el que todavía hoy se encuentran ilegalmente procesados mis representados», recuerda- por la celebración del referéndum de autodeterminación que tuvo lugar en Cataluña el 1 de octubre de 2017. Sostiene también que valoró como «exquisita» la conducción de las sesiones del juicio del 'procés'. «Por supuesto está sujeta a la crítica, como todas las resoluciones judiciales, pero no a agresivas invectivas que parten de la negación de legitimidad al Poder Judicial que se pretende derruir cuando no demuestra sintonía con la voluntad de quién (sic) aspira a la impunidad, a situarse por encima y no solo frente a la ley«, dijo Arnaldo.

También considera relevante que este magistrado suscribiera el manifiesto «Parar el golpe», fechado el 17 de septiembre de 2017 y que se expresaba en estos términos: «Por desgracia, como podemos ver estos días, el Gobierno autonómico y los grupos secesionistas representados en el Parlamento catalán, subvirtiendo las reglas más elementales del constitucionalismo y abusando del poder que las leyes les han conferido, no han dudado en traspasar todos los límites de la legalidad y de la decencia para, apelando al fundamentalismo de un inexistente derecho a decidir, dividir a la sociedad catalana e impedir el ejercicio de los derechos de las minorías parlamentarias, poniendo en riesgo la convivencia y la paz civil«. Apunta la defensa de Puigdemont que »las circunstancias son sustancialmente las mismas« que llevaron a que los también magistrados del TC Antonio Narváez y Cándido Conde-Pumpido tuvieran que apartarse de los recursos de amparo que afectaban al expresidente huido.

Otras razones que arguye para recusarle es que se ha pronunciado también sobre la inmunidad parlamentaria. Lo hizo cuando el Tribunal de Justicia de la UE resolvió sobre el desplazamiento de Junqueras al Parlamento Europeo para recoger su acta.

Alude también a su relación de amistad íntima con el fallecido Mata, así como con Marchena , con el también magistrado de la Sala Segunda Antonio del Moral, o con Manuel Delgado-Iribarren, letrado de la Junta Electoral Central. Desarrolla también Boye la relación de Arnaldo con el Partido Popular.

Sobre Concepción Espejel destaca el «querida Concha» que le dedicó la entonces presidenta de Castilla-La Mancha María Dolores de Cospedal en la concesión de una medalla y que fue recusada para formar parte del tribunal que juzgó Gürtel. Alude también a su voto particular contrario a la absolución de Josep Lluis Trapero en el que da «buena muestra de su opinión personal de que la organización del referéndum de autodeterminación de Cataluña celebrado el 1 de octubre de 2017 fue un hecho delictivo«. »Cabe recordar que una de las cuestiones que se deben dilucidar es si vulnera los derechos fundamentales de los recurrentes el hecho de hallarse perseguidos, precisamente, por el delito de sedición«.