Dos presos etarras arrepentidos saldrán de prisión a una visita cultural en Logroño

En las resoluciones judiciales, a las que ha accedido ABC, el juez autoriza una salida programada de los internos, siempre acompañados y vigilados . Estima así una queja del centro penitenciario de Logroño , cuya junta de tratamiento apoyó la salida de los condenados, que busca «consolidar su evolución positiva» en el cumplimiento de sus respectivas penas por colaboración con la banda terrorista ETA.

Ambos reclusos han rechazado la violencia y han reconocido el daño causado a las víctimas, según refleja el auto del juez. A pesar de que la junta de tratamiento de la prisión aprobó su salida, ésta fue denegada el pasado 23 de septiembre por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias , que depende del Ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska.

Ahora, el juez da la luz verde final a la salida, que consistirá en varias actividades de carácter cultural, junto a otros reclusos y trabajadores sociales . Castro se apoya en el artículo 114 del reglamento penitenciario, que permite las salidas programadas para realizar actividades específicas de tratamiento . Se trata de una de las medidas que puede aplicar un juez de vigilancia para fomentar -y testar- el tránsito del preso hacia la reinserción, siempre que vaya demostrando buena conducta. No se trata de un permiso ni de un programa regular de tratamiento fuera del centro penitenciario, otras medidas que ayudan a empujar en esa dirección.

Los dos colaboradores de ETA arrepentidos se encuentran clasificados en segundo grado, cuentan con un cuarto de la condena cumplida y «su evolución a nivel tratamental es positiva», argumenta el juez. La Fiscalía no se opuso a la salida programada y los colectivos de víctimas aseguraron que no les consta que ninguna víctima quiera conocer el estado penitenciario de los dos reclusos, a lo que tienen derecho a través de la Oficina de Asistencia a las Víctimas.

El etarra Javier Aguirre , condenado a seis años y seis meses de prisión por apoyarse en ETA para esquivar a la Justicia española y refugiarse en Bélgica, fue acercado a la prisión de Logroño el pasado febrero. La condenada por terrorismo Marta Igarriz -que alojó en un domicilio a tres etarras del comando Amaiur en 2004 y guardó una mochila con explosivos- fue trasladada a la misma prisión en octubre de 2018. Ella fue condenada a quince años, después de que la Justicia considerada probado que ayudó a los terroristas, siendo consciente del material que transportaban, que incluía explosivos y otras armas, al esconderles en un garaje de su familia,

En un escrito del pasado agosto, Aguirre manifestó que reconocía el dolor que su pasada actividad ha causado . «Espero que este inequívoco reconocimiento pueda servir en la medida de lo posible para atenuar el sufrimiento generado a las víctimas . Víctimas ante las que de ningún modo me muestro indiferente, ya que no soy ajeno al dolor y sufrimiento que han padecido», decía la carta de Aguirre, que tenía pendiente un juicio por daños terroristas cuando trató de burlar a la Justicia en el pasado.

Igarriz hizo lo propio en otra misiva. «Soy consciente, que bien por mis actos o expresiones, he podido causar daño y dolor a otras personas, por lo que reconozco de forma sincera el daño que pudiera haber causado, y mi decisión de trabajar para que no se vuelvan a producir situaciones similares». El magistrado destaca que la reclusa participa activamente con la «dinámica modular» del centro, cumpliendo las tareas que se le encomiendan, ha participado con éxito en varios talleres de preparación para la vida en libertad y asiste diariamente a un taller de cerámica, con interés.