El presidente propone un pacto al PP tras culpar a Aznar de la crisis
«Es lo mismo en todas las batallas. Utilizas un enfoque directo para confrontar al enemigo. Utilizas la sorpresa para ganar», dejó dicho Sun Tzu en «El Arte de la Guerra»... Ayer Zapatero utilizó la sorpresa asumiendo desde el minuto uno propuestas ajenas: la rebaja ... del impuesto de Sociedades a las pymes de menos de 25 trabajadores (PP) y la subvención con 2.000 euros a la compra de coche nuevo (CiU). Y además se permitió mostrar al PP su deseo de pactar el cambio del actual modelo productivo a uno «verde», al tiempo que culpaba de la «burbuja» inmobiliaria al Gobierno Aznar.
Siguiendo el relato de los hechos que ya empezó a usar el pasado domingo en el mitin de Vistalegre, el alza de precios empezó en 1999 con la desgravación a la vivienda «para las clases medias y altas». «La desaceleración, que habíamos previsto, se convirtió en 2008 en un brusco estallido de la burbuja. Y éste ha traído consigo un aumento, igualmente brusco, del desempleo». En el debate con Rajoy, matizó que eso tuvo un efecto «pernicioso» porque mientras un ciudadano dedicaba el 20 por ciento de su renta a comprar vivienda en 1999, ahora es el 41por ciento actual y ese sobrecoste engordó la especulación.
El PSOE llevaba días dejando correr la especie de que gira a la izquierda para ensayar con IU, ERC y nacionalistas minoritarios su apoyo a los Presupuestos Generales 2010. Y lo va a hacer, allá por diciembre. Pero su aceptación de políticas del PP y CiU dejó a todo el mundo «descolocado» , según reconocían diputados de todos los grupos al término de la sesión matinal. El primero, CiU, cuyo portavoz, Josep Antoni Duran i Lleida subió a la tribuna hablando de «moción de censura», pero, en aparente contradicción, también dispuesto a pactar este nuevo modelo productivo.
Todos los grupos vieron sorprendidos por la mañana cómo alguien acorralado por la falta de mayoría parlamentaria volvía a coger la iniciativa, se ponía al frente de la manifestación por la economía sostenible con un fondo de 20.000 millones para empezar a financiar proyectos. Una economía en la que cada uno de los 420.000 niños que cursarán quinto de Primaria el año próximo lo harán con un ordenador portátil propio, por ejemplo. Zapatero se abstuvo de anunciar la extensión de la Renta de Inserción Activa a los parados sin subsidio de desempleo -eso no gusta a IU-. Sí dijo que la futura Ley de Economía Sostenible se tramitará sin dilación.
«Haga autocrítica»
Más que duelo, lo que mantuvo Zapatero con Mariano Rajoy fue un diálogo de sordos en el que el presidente del Gobierno afeó al líder de la oposición su estilo «faltón y despreciativo» con la bancada socialista, a la que llegó a afirmar que no sabe leer cuando los diputados le interrumpían en su discurso. «No es maestro en dar lecciones, sino maestro en perder elecciones», insistió Zapatero, y añadió: «Haga autocrítica» porque «hemos pasado del España se rompe (en la pasada legislatura) al España se hunde». El jefe del Ejecutivo no se quedó ahí. Provocó airadas reacciones del PP cuando le acusó de «jalear, servirse y aprovecharse de la crisis económica para ganar las elecciones». Se dirigió especialmente al ex ministro Cristóbal Montoro, a quien los socialistas reprochan haber utilizado el mensaje de que «los cinco millones de parados están al alcance de la mano». Y ajeno a los gritos de algunos diputados populares, respondió anunciando que seguirá subiendo las pensiones mínimas por encima del IPC en los próximos presupuestos.
Zapatero intentó, sin éxito, sonsacar al líder del PP qué clase de reforma laboral quiere, a sabiendas de que quien hable de abaratamiento del despido se echa encima a los sindicatos y a buena parte de la opinión pública. El presidente del PP no picó -pese a la reiterada invectiva de que «no aporta ninguna medida»- y tanto él como Durán i Lleida le afearon que haya abdicado de gobernar y se ponga de perfil, con el argumento de que el problema de España no es de reforma laboral sino de modelo productivo. Reconoce, sí, que en el mercado laboral hay una dualidad, entre los que tienen empleo fijo y los temporales, pero estima que eso es «consecuencia» de un modelo obsoleto y no está dispuesto a rebajar «derechos de los trabajadores». El presidente del Gobierno niega que esté «castigando» a la clase media, como le acusa el PP, pero sí es cierto que ayer prefirió dirigirse a las clases bajas: «Hay cuatro millones de parados que no encuentran trabajo», reconoció por la mañana.
El «analista» Erkoreka
Pero cuando se vivió ayer la tensión más visible en la carrera de San Jerónimo fue al intervenir el portavoz del PNV, Josu Erkoreka. Después del «Quo Vadis Zapatero», éste subió a desmentir la «historieta» que acababa de contar el «analista» Erkoreka. Así, puso el tono más serio para señalar que la relación de su partido con el PNV siempre ha sido de «respeto». Y pidió a Erkoreka que se pregunte por qué PP y PSOE se han puesto de acuerdo para desalojar a Juan José Ibarretxe.
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