El PP retrocede en Galicia pero aún mantiene la mayoría absoluta

Feijóo, presidente de la Xunta desde abril de 2009, ha ido acumulando mayorías absolutas desde aquel año, en un Parlamento de 75 escaños : 38 diputados en 2009, 41 en 2012 y otros 41 en 2016, con un porcentaje récord de voto en esas últimas elecciones dentro de su carrera política: 47,5 por ciento. En esta ocasión, según el último barómetro de GAD3, el PP de Feijóo se quedaría en un 44,7 por ciento de los votos, y sumaría entre 38 y 40 escaños. Los populares bajan ligeramente desde las últimas elecciones, y desde el barómetro anterior, de mediados de febrero, en el que registraron una estimación de voto del 46,9 por ciento y 41 escaños.

La cuarta mayoría absoluta de Feijóo parece consolidada, pero aún quedan casi cuatro semanas hasta las elecciones autonómicas y cualquier tropiezo en la campaña puede darle un susto a Feijóo. Por ahora, el PP sigue aglutinando el voto de centro-derecha en esta comunidad, donde los populares mantienen su feudo más sólido de toda España. Una nueva victoria en las urnas puede acrecentar, además, el poder interno del presidente gallego dentro del PP. Será, de lejos, el barón más fuerte e influyente.

Pero el problema de Feijóo es que solo le vale la mayoría absoluta. O llega a los 38 escaños, como mínimo, o está perdido, porque no tendrá con quién pactar, si se mantiene el escenario actual con los mismos actores políticos. El presidente gallego rechazó de plano la coalición con Ciudadanos , un partido irrelevante en esta región. Más tarde, las exigencias del partido de Arrimadas en la negociación de unas posibles listas conjuntas fueron inasumibles para el PP, que se ve con fuerza suficiente para acudir a las urnas en solitario.

Según la encuesta, Ciudadanos obtendría ahora mismo un 1,9 por ciento de votos, y Vox se colocaría en el 2,5 por ciento. Entre los dos suman un 4,4 por ciento en las urnas, pero serían votos perdidos, porque no se traducirían en ningún escaño.

Mientras Feijóo se acerca por abajo al límite de la mayoría absoluta, en la izquierda se produce una redistribución de fuerzas, que no deja de ser reflejo de lo que está ocurriendo en el conjunto de España. Por un lado, el populismo está dando síntomas de agotamiento a marchas aceleradas. El poder no le está sentando bien a Podemos y a sus confluencias. En Marea/En Galicia en Común cae de forma estrepitosa, desde el 19,1 por ciento de voto de las elecciones de 2016 al 7 por ciento. Supone pasar de 14 diputados en el Parlamento gallego a solo tres o cuatro. En cualquier caso, serían una muleta necesaria para los socialistas, si tuvieran alguna posibilidad de formar una alternativa de Gobierno.

El Partido Socialista de Galicia se refuerza desde las últimas elecciones autonómicas. En 2016 se quedó en el 17,9 por ciento de los votos y ahora estaría en el 23,2. Son más de cinco puntos de diferencia, que le permiten pasar de 14 diputados a lograr un grupo que estaría entre 18 y 20. Seguiría estando muy lejos del partido ganador, pero si la suma le diera escaños suficientes, el PSOE no dudaría en buscar una coalición «Frankenstein» a la gallega.

No obstante, la subida del PSOE gallego desde las elecciones pasadas puede resultar algo engañosa. Si se compara con el último barómetro de GAD3, realizado a mediados de febrero, los socialistas se han dejado tres puntos de estimación de voto por el camino. En solo tres semanas.

El partido que está teniendo el ascenso más relevante es el Bloque Nacionalista Gallego (BNG) . En los comicios de 2016, este partido se quedó en el 8,4 por ciento de los votos, muy por detrás de En Marea y el PSOE. Solo consiguió seis diputados. En este momento, llega a un 18,3 por ciento de estimación de voto, con 13 o 14 diputados. Más del doble. Su crecimiento se ha disparado sobre todo en las últimas semanas. En la anterior encuesta, la de febrero, estaba todavía en el 14,7 por ciento de voto. En apenas 20 días ha ganado 3,6 puntos, casi los perdidos por el PSOE.

El BNG cobra fuerzas renovadas después de que Pedro Sánchez diera alas a todo el nacionalismo desde que llegó al poder, como colaboradores necesarios para que él pudiera seguir al frente del Gobierno de la Nación. El único diputado del BNG en el Congreso de los Diputados votó a favor de la investidura de Sánchez el pasado mes de enero, fue uno de los 167 síes, y resultó así decisivo para que el líder socialista pudiera continuar en el Palacio de la Moncloa.