El Rey pide a Morales «reglas claras» para que las empresas españolas creen empleo
Don Juan Carlos recordó que España contribuye a la prosperidad de Bolivia y es su primer donante
«Unas reglas claras y una política económica despejada de incertidumbres». Eso es lo que Su Majestad el Rey pidió anoche con toda claridad al presidente de Bolivia, Evo Morales, durante la cena que ofreció en su honor en el Palacio Real y a la ... que también asistieron la Reina y los Príncipes de Asturias, además de 88 invitados.
Esa fue la receta que Don Juan Carlos ofreció a Morales, si quiere que las empresas españolas «acometan nuevas inversiones, que favorezcan la creación de nuevos empleos y la mejora de Bolivia y de sus ciudadanos».
En las palabras que pronunció antes de que se sirviera la cena, el Rey también manifestó ante el dirigente andino que España «sigue con gran interés el proceso de cambios profundos» que está experimentando su país en las políticas sociales y culturales, y le recordó que España contribuye a hacer su país más próspero, ya que Bolivia es «un país prioritario para la Cooperación Española, que se ha convertido en su primer donante bilateral». No mencionó Don Juan Carlos que hoy está prevista la firma de un acuerdo bilateral, por el que España condonará toda la deuda de Bolivia, que supera los 70 millones de euros.
«Señal de confianza»
Lo que sí le dijo el Monarca es que «las importantes inversiones de empresas españolas demuestran asimismo nuestra voluntad de contribuir al progreso y desarrollo de Bolivia». El Rey citó algunos de los numerosos sectores en los que las empresas españolas están presentes en Bolivia, como hidrocarburos, aeropuertos, administración de infraestructuras, transporte y distribución de energía eléctrica, servicios financieros, editoriales o industria del ocio, y aseguró que «la presencia de esas empresas es igualmente una señal de confianza en el futuro de vuestro país».
En otro momento de su intervención, Don Juan Carlos felicitó a Morales porque ahora se cumplen los Doscientos años de la Independencia Boliviana, una efeméride en la que «España acompañará y colaborará con las Naciones iberoamericanas». En algunos foros estas celebraciones se están utilizando para alimentar el sentimiento antiespañol. Sin embargo, para el Rey «representa una valiosa oportunidad de promover lo mucho que compartimos y de mirar juntos al futuro, profundizando nuestras relaciones sobre la base de la amistad y del respeto mutuo».
Por su parte, el presidente boliviano destacó durante su discurso, que fue improvisado -algo poco habitual en este tipo de actos-, que «me he encontrado totalmente sorprendido por la atención que he recibido en España y agradecido por el trato que me han dispensado los movimientos sociales». Añadió que «esta noche es histórica para el inicio de unas nuevas relaciones entre los dos países».
Durante su intervención, en la que por dos veces se refirió «al Reino de España», probablemente para corregir su error de la mañana, dijo que «los indígenas no somos excluyentes ni vengativos. la historia del pasado, para el pasado». «Buscamos nuevas relaciones diplomáticas para las nuevas generaciones», indicó Morales, para quien «no sólo las comunidades indígenas vilipendiadas históricamente, sino también el planeta Tierra, necesitan de la actuación de todos».
Presencias y ausencias
Además de los Reyes y los Príncipes de Asturias, entre los asistentes se encontraban el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y su esposa Sonsoles Espinosa; la vicepresidenta Primera, María Teresa Fernández de la Vega, y la segunda, Elena Salgado; la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez; el secretario general de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo; el presidente de Repsol, Antonio Brufau; el de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán; el de Red Eléctrica, Luis María Atienza; el de Abertis aeropuertos, Demetrio Ullastre; el de Vueling, Josep Piqué y el de Indra, Regino Moranchel. Asimismo acudió a la cita una nutrida representación de las principales ONG. Por el contrario, resultó llamativa la ausencia de representantes de partidos políticos.
El menú ofrecido a los comensales estuvo compuesto por gazpacho, filete de lenguado al aceite de oliva, pato con migas y uvas y tarta de manzana de postre.
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