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«A partir del nivel cinco se dan los síntomas de pánico»

PEDRO TAURONE

GRANADA. El terremoto que sacudió en la madrugada de ayer amplias zonas de la Comunidad fue fue registrado en el Instituto Andaluz de Geofísica, en Granada, con una intensidad de tres puntos y una magnitud real media de 5,3 en la escala de Richter, suficientes para provocar en la población síntomas de pánico, según el director de aquel organismo, Jesús Ibáñez.

En declaraciones a ABC, Jesús Ibáñez, director del centro destacó que el 6´2 de intensidad inicial fue recogido por la estación sísmica española más cercana al epicentro, dándose puntuaciones diferentes atendiendo a la lejanía del mismo.

Así, una vez transcurridos 40 minutos de la primera señal, se hizo una estimación media tomando todas las valoraciones, con lo que se ha establecido que la magnitud real fue de 5´3 en la escala de Richter.

Precisamente, el llegar a magnitud cinco es lo que provocó que algunas personas de Isla Cristina salieran de sus casas por temor a una subida del mar, ya que los geofísicos consideran que es a partir de este nivel cuando «se dan los primeros síntomas de pánico».

Según Ibáñez, es necesario diferenciar entre magnitud e intensidad. Mientras que la primera implica la energía liberada durante el movimiento sísmico, la segunda se mide en relación al efecto producido en la población, es decir, la cantidad de personas que lo hayan podido captar.

El máximo, en Ayamonte

El máximo grado de intensidad registrado en España se dio en la localidad onubense de Ayamonte con grado cinco, dándose un decrecimiento conforme se alejaba la costa. Así, Huelva o Sevilla detectaron un grado cuatro y en poblaciones del sur de Extremadura ya estaba en tres o dos.

El director del Instituto observó en sus declaraciones que son relativamente comunes terremotos en la zona en donde se ha dado este último, de tal manera que recuerda que el año pasado ya se registró otro de mayor magnitud. Por poner un ejemplo clarificador, destacó que el terremoto que asoló la ciudad de Lisboa en 1755 se dio en esta misa zona, aunque se apresuró a asegurar que mientras que el del siglo XVIII sí produjo un maremoto que destruyó el 80 por ciento de la capital portuguesa, el registrado ayer no va a producir nada parecido.

Sobre la posibilidad de que se dieran otros terremotos debido al choque de la placa euroasiática con la africana, que discurre por todo el sur peninsular, Ibáñez sí quiso destacar que atendiendo a su experiencia como geofísico, es probable que se diera otro terremoto más grande, aunque nunca a corto plazo.

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