Parot propuso a la dirección de ETA un plan de fuga para sacarle de la cárcel

En una carta enviada a los jefes de la banda, el autor de la matanza de Zaragoza dibujó un croquis de la prisión cordobesa, de la que pedía ser liberado por el patio

F. DEL VALLE

CÓRDOBA. Con un helicóptero y a la hora de su paseo por el patio. Henri Parot, miembro del «comando itinerante» de ETA y uno de los miembros más sanguinarios de la banda, tenía perfectamente pensado un plan de fuga de la prisión ... de Córdoba, en la que cumple condena. Así al menos se lo hizo saber a la dirección de ETA en una carta hallada en la casa de los dirigentes Juan Antonio Olarra y Ainhoa Múgica, detenidos en Francia en septiembre de 2002, y cuyo contenido ha conocido recientemente la Audiencia Nacional.

En la misiva, fechada en la cárcel cordobesa en junio de 2001 y a la que ha tenido acceso ABC, el preso etarra proponía un detallado plan para su «ihesaldia» (huida) ante el «especial interés» que, decía, habían mostrado los dirigentes de la banda por sacarlo de la prisión en comunicaciones anteriores. Así, añadía un cuidado croquis del penal de Alcolea visto desde el aire, pues se trataría de una fuga «aérea».

Parot se cuestiona, no obstante, si existe el propósito de llevar a cabo tan arriesgada acción. «La cuestión es saber si tenéis voluntad. Si se quiere, se hace, si no, no», llega a decir. «Me gustaría poder leer: -añade- «Sí, Unai, (es el alias que usa el terrorista) te vamos a sacar»». Afirma que cuando estaba en libertad propuso «sacar a gente». «Pero me lo prohibieron», se excusa.

En su propuesta, el etarra sugiere secuestrar un helicóptero «con piloto» para que le recogiera en el patio de la prisión. Eso sí, el desarrollo de la acción debería ser muy rápido, pues según dice en su escrito, los mandos de la cárcel tienen un protocolo de seguridad que incluye encerrar a este tipo de presos si se producen situaciones de similar calibre.

Parot detalla cómo es la cárcel de Alcolea. Para ello, se ayuda de un plano aéreo, que incluye, para que no haya desorientaciones, los cuatro puntos cardinales y en el que puede distinguirse desde la torre de vigilancia hasta los diferentes módulos que la componen, pasando por la cocina, la caldera y las secciones de comunicaciones y de ingresos de que dispone el centro. Apunta también la existencia de puestos «como de luz» que disponen de focos y de cámaras y señala que «desde un helicóptero», se tienen que ver «perfectamente» los cuatro patios «pequeñitos» de aislamiento.

Es precisamente en uno de ellos, el marcado con el número 13, en donde debería llevarse a cabo la operación de huida. Parot relata a la cúpula etarra que es allí donde sale a pasear desde las 9 de la mañana hasta la una de la tarde «más o menos». Siempre, claro, que su comportamiento sea el correcto, pues añade que también podría encontrarse en los patios marcados con el tres o el cuatro, en donde podría estar en caso de haber sido sancionado. Llega a proponer un método para poder ser reconocido desde el aire: «podría llevar una ikurriña en la mano, si hace falta».

Parot señala cuál es la disposición de las patrullas de la Guardia Civil: cuatro coches con dos agentes. En lo que podría parecer una confianza desmedida hacia su plan de huida, afirma que «no dispararían» si se viesen sorprendidos desde el aire por un helicóptero presto a sacar de allí a un recluso. Eso sí, como la familia es lo primero, pide que, de llevarse a cabo la acción, se avisara antes por teléfono a sus parientes en Bayona.

A raíz de esta misiva, Parot fue llamado a declarar a la Audiencia Nacional hace pocos días. En su declaración ante Grande-Marlaska, señaló que la letra se parecía a la suya, pero se negó a someterse a una prueba caligráfica. Su contenido ha servido para que el magistrado le impute un nuevo delito de integración en ETA.

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