Del paraíso fiscal al paraíso catalán

Hasta el pasado día 12. Esa mañana, el hijo del exalcalde de Kiev y diez de sus colaboradores fueron detenidos por la Policía y los Mossos d’Esquadra. Lo que ha trascendido es una vida de opulencia -con epicentro en Barcelona- de todo el séquito de Stepan, basada en un entramado de empresas que se nutren de dinero procedente de cuentas y sociedades de Chipre y las Islas Vírgenes. Esos fondos, según la Fiscalía Anticorrupción, están vinculados al crimen organizado y se han invertido en nuestro país en comprar hoteles, pisos y chalés por valor de más de diez millones de euros.

Entre esas adquisiciones figura el restaurante Yubari, un japonés de moda en plena Diagonal de la capital catalana, del que eran asiduos Bartomeu y muchos jugadores del Barça. Al frente estaba el armenio nacionalizado español Arman Mayilyan, también detenido junto a su mujer Rita, sus dos hermanos y su cuñada. El clan al completo. Los investigadores han comprobado durante los casi tres años de pesquisas que Arman, pese a ser un viejo conocido de los Mossos, tenía una estrecha y fluida relación con la Embajada de Armenia y un cargo honorífico, amén de ser un relaciones públicas extraordinario . Según un periódico de su país, el hijo del presidente armenio es el padrino de la hija de Mayilyan. Las sospechas es que pretendía acceder al cuerpo diplomático para gozar de inmunidad. Los agentes han abortado su sueño de momento, así como la estrella Michelín que al parecer iba a obtener el restaurante. El establecimiento es propiedad de una sociedad en la que aparece otro de los hombres de Chernovestky , el también ucraniano Sergiy Lozyuk, a quien el jefe le encargaba cuidar de su mujer Zana durante sus frecuentes viajes en jet privado. El empresario vive a caballo entre Ucrania, Georgia, Rusia y España.

Lujo mareante, poder e importantísimas influencias. Los responsables de la operación Variola no daban crédito del nivel de vida que desfilaba ante sus ojos, sobre todo por parte del hijo de Leonid Chernovestky, que fue alcalde de la capital ucraniana entre 2006 y 2012 y fue considerado uno de los cien hombres más ricos de su país. Las detenciones evidenciaron el poder económico del grupo .

El día elegido, un ejército de Policías de ambos Cuerpos entraron en la mansión donde dormía Stephan: un chalé de Sagaró (Gerona), pegado al mar, con ocho personas de servicio y para el que había contratado a cuatro guardaespaldas. Uno de ellos vigilaba las pantallas de control de cámaras mientras otro se hacía cargo del perímetro. Stepan contó que había pagado 174.000 euros de alquiler por los dos meses de verano. Es el nivel al que está acostumbrada su exuberante esposa a la que en algunas escuchas oían quejarse porque el cátering del avión privado alquilado por su marido para algún evento no estaba a la altura , o el espacio a bordo era demasiado reducido para que su extensa prole se moviera con comodidad.

Sus hombres de confianza, así como uno de los responsables de las inversiones, eran detenidos al mismo tiempo en varios puntos de Cataluña; en total, once personas. El inversor, Misbah Aldroubi, sirio nacionalizado español, vivía en otro lujoso piso de la Diagonal donde se halló una colección de 102 obras de arte valoradas en un millón de euros.

Al día siguiente del golpe policial los abogados hacían cola en la comisaría de La Verneda (Barcelona) para asistir al jefe de la organización. Desde que se conoció la noticia, su padre el exalcalde millonario que legó a su retoño su imperio empresarial movió ficha: primero negó que el hijo estuviera detenido y luego le envió letrados de un prestigioso bufete, aunque siguió negando cualquier hecho delictivo. Las influencias desplegadas no dieron resultado. El titular del Juzgado de Instrucción número 21 de Barcelona envió a siete de las ocho detenidos que pasaron a disposición judicial a prisión. Se les imputan los delitos de organización criminal, blanqueo de capitales, falsedad en documentos oficiales y mercantiles y contra la Hacienda Pública.

En los registros se intervinieron 24 coches, entre los que hay Mercedes, Ferrari y Porsche . Solo los doce de lujo valen tres millones de euros; otro millón cuestan las alhajas que guardaba Zana en su casa además de trece bolsos de las mejores marcas. Se ha calculado que cinco de los 32 relojes exclusivos encontrados cuestan 1,5 millones. Las cuentas bancarias bloquedas al ucraniano guardan por ahora otros 6,5 millones . En metálico «solo» había 150.000 euros.

La operación contra este entramado está concluida a falta del análisis del material intervenido por la Sección de Europa del Este, la Brigada de Blanqueo de Capitales y la Judicial de Barcelona de la Policía Nacional, así como el Área Central de Crimen Organizado y el de Delitos Económicos de los Mossos d’Esquadra. La prensa ucraniana y rusa se ha volcado. El exalcalde trata de imponer su versión.