Otro pellizco a unas arcas ya vacías
¿Cuánto nos va a costar este nuevo plan de medidas anticrisis? Es lo que preguntó ayer el líder de la oposición y lo que nos preguntamos los contribuyentes tras escuchar la retahíla de nuevas propuestas que llevó ayer el presidente del Gobierno al Congreso. ... Me temo que supondrán un nuevo e importante pellizco para unas arcas públicas que están ya en números rojos y que pueden llegar a un déficit superior al 10% del PIB el próximo año, según los cálculos de organismos nacionales e internacionales, hechos, eso sí, antes de conocer este nuevo paquete de medidas anticrisis.
El presidente anunció, un recorte del gasto de 1.000 millones de euros en el «mayor esfuerzo de austeridad hecho nunca en la democracia», pero lo que no explicó es que con ese recorte no se pagará ni una mínima parte de las medidas anunciadas.
En este nuevo catálogo encontramos guiños a un lado y otro del hemiciclo con los que el presidente pretende lograr apoyos puntuales a sus propuestas. La rebaja de cinco puntos en el Impuesto de Sociedades que pagan las pymes o del IRPF de los autónomos, es una propuesta de los populares, pero el Gobierno la limita a las empresas más pequeñas y siempre que no se destruya empleo, de modo que el temor es que sean muy pocas las compañías que puedan beneficiarse de esta rebaja fiscal.
También las ayudas directas a la compra de automóvil son una propuesta del ala derecha de la Cámara, y de CiU, que hasta hace sólo unas semanas recibía el rechazo tajante del propio ministro de Industria.
Clarificar mecanismos
Ambas medidas han sido aplaudidas desde la patronal CEOE. También las distintas asociaciones del sector del automóvil dieron la bienvenida a las ayudas directas a la compra de coche, que habían demandado reiteradamente en los meses anteriores, aunque advirtieron que se deben clarificar los mecanismos por los que se resarcirá a los vendedores de esta reducción.
En el extremo opuesto, la medida que más críticas recibió ayer fue la supresión de la deducción por compra de vivienda para rentas superiores a 24.000 euros a partir del año 2011. Zapatero ya intentó suprimir esta deducción en la pasada legislatura, pero entonces fue Pedro Solbes quien frenó la medida.
Las alertas que había lanzado en los días previos la secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín, sobre la posible subida de impuestos a las clases altas, se convirtieron, finalmente, para sorpresa de muchos, en la supresión de esta deducción por compra de vivienda. «Es la puntilla a las clases medias», le espetó Rajoy, que entre sus propuestas está precisamente una en dirección contraria, aumentar esta deducción.
Junto a estas medidas fiscales, el nuevo plan del Gobierno incluye algunos guiños sociales, como el ordenador portátil que promete a todos los niños que hagan quinto de primaria el próximo curso, y que, para disgusto de más de un padre, podrán llevar a casa; la exención fiscal del abono transporte que pague la empresa, o la gratuidad del máster para los licenciados que estén en el paro.
Pero si en algo no cumplió el guión el presidente fue en el esperado anuncio del aumento de la cobertura por desempleo. Pese a los mensajes que se habían lanzado desde distintos ministerios sobre no dejar desprotegidos a aquellos a los que se les acaba la prestación, Zapatero ayer sólo tuvo buenas palabras para los desempleados, pero no medidas concretas.
Aun así, las medidas más caras de las que anunció ayer el Gobierno no son las ya enumeradas, sino las relacionadas con la economía verde: 5.000 millones para obras de Ayuntamientos y 20.000 para un nuevo fondo de financiación de economía sostenible.
Rajoy, por su parte, pidió reformas en el mercado laboral, la educación, las pensiones... y, como era de esperar, Zapatero le acusó de querer abaratar el despido y de alegrarse de los malos datos económicos. Quien esperara un Pacto de Estado para superar la crisis, tendrá que seguir esperando.
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