Otra prórroga para Rajoy

Precisamente esta semana concluyó el plazo tradicional del debate de enmiendas a la totalidad de los Presupuestos en el Congreso, a tiempo de iniciar el trámite parlamentario que termina en el último Pleno antes de Navidad para que entren en vigor el 1 de enero. Pero la Ley está guardada desde después del verano en un cajón de Cristóbal Montoro , cuando explotó la crisis catalana y el Gobierno pospuso su aprobación ante las quejas del PNV a las medidas judiciales contra unos independentistas primos hermanos, aunque ahora más radicales, de los que gobiernan en el País Vasco.

En el Ejecutivo están convencidos de que la postura actual de sus socios vascos en los anteriores Presupuestos tiene mucho de postureo. Los del 18 contienen un importante incremento de la inversión pública en proyectos como el AVE en esa Comunidad que se quedaría en nada si se prorrogan los actuales.

Y aunque Iñigo Urkullu puso el grito en el cielo por la actuación policial para impedir el referéndum el 1 de octubre, el lehendakari ha salido quemado de su intento de intermediación entre Rajoy y Puigdemont la semana pasada, para convencer a este último de que convocara elecciones en vez de proclamar la independencia. En Moncloa conocen su enfado supino por los vaivenes del ex president de la Generalitat durante la negociación y su decisión final.

En Bruselas ya saben de las intenciones del Gobierno de prorrogar los Presupuestos y les parece bien. Con tal de que se cumpla con los objetivos de déficit en Europa les da igual si las cuentas son las mismas del año anterior o unas nuevas como las que, en este caso, incluían la subida del sueldo de los funcionarios, la bajada de impuestos pactada con Ciudadanos o el aumento de la baja por paternidad. Y en Moncloa ya están acostumbrados a sudar la gota gorda a causa de su precariedad parlamentaria con estas votaciones. Los Presupuestos del 16 estuvieron prorrogados hasta que los del 17 se aprobaron en el último mes de julio.