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El órdago de ETA que ganó la Guardia Civil

Esta es la crónica de los 531 días de investigación que acabaron con la liberación de José Antonio Ortega Lara

Una de las primeras imágenes de Ortega Lara tras su liberación EFE
Pablo Muñoz

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«El día elegido (miércoles, 17 de enero de 1996) Xabier Ugarte se dirigió con su Ford Fiesta blanco a un pueblo de la carretera de Burgos a Logroño y desde una cabina llamó a mi teléfono móvil cuando Ortega Lara inició el camino de ... regreso a casa. Cogí entonces el camión en el que transportábamos una máquina con un zulo diseñado en su interior y me dirigí hasta un aparcamiento situado a la entrada de Burgos, donde lo dejé estacionado. Después, junto con José Luis Erostegui y José Miguel Gaztelu, fuimos en coche hasta el domicilio de Ortega Lara. Al verlo llegar Gaztelu se quedó vigilando mientras José Luis y yo entramos en el garaje de su finca detrás de él. Le abordamos amenazándole con una pistola cada uno y le dijimos que se metiera en el maletero de su coche porque se lo íbamos a robar. Debido al pánico que le entró no pudimos inyectarle un somnífero, tal como teníamos previsto. Con él en nuestro poder, nos dirigimos hasta el lugar donde teníamos aparcado el camión, le vendamos los ojos para que no viera nada y le metimos en el zulo. Yo mismo conduje el camión hasta el taller Jalgi, de Mondragón, donde teníamos la cárcel del pueblo en la que lo íbamos a esconder».

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