Desde el puerto de La Coruña, la Real Expedición Filantrópica de Balmis inmunizó en su viaje a las poblaciones de Canarias, América, Filipinas, Macao, Cantón y la isla Santa Elena. Toda una proeza humanitaria que lideró este alicantino junto a otro militar, el catalán José Salvany.
La operación comenzó con el flete de la corbeta María Pita que llevaba a bordo a los grandes artífices de la proeza: 22 niños huérfanos (entre tres y nueve años) que habían sido inoculados con la vacuna aún viva en su cuerpo.
Otra de las protagonistas de la expedición fue la coruñesa Isabel Zendal, enfermera que cuidó de los 22 niños «reclutados»
Balmis, que era el médico de la Corte, contó con el apoyo financiero y personal del Rey Carlos IV . Otra de las protagonistas de la expedición fue la coruñesa Isabel Zendal, enfermera que cuidó de los niños «reclutados» de la Casa de los Expósitos de La Coruña.
Se calcula que la expedición vacunó a 250.000 niños. Una de las campañas más curiosas fue la que, de vuelta a España, realizó en la isla de Santa Elena donde Balmis logró convencer a las autoridades británicas para que procedieran a la vacunación.
El propio descubridor de la vacuna de la viruela, el británico Edward Jenner, escribiría sobre la expedición: «No puedo imaginar que en los anales de la Historia se proporcione un ejemplo de filantropía más noble y más amplio que este». Una de esas historias para sentirse orgullosos de ser españoles.
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