El PNV se ofrece de nuevo al Gobierno para salvar las cuentas públicas de 2010
Siete votos. Ese es el apoyo que necesita el Grupo Socialista en el Congreso para asegurarse la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de 2010. Hace un año le valió el respaldo in extremis del PNV (seis votos) y del BNG (dos), y todo apunta a que en esta ocasión los nacionalistas vascos y los gallegos volverán a salvar a Zapatero de un revés a la ley más importante del año.
En el caso del PNV, una vez superada su cólera inicial tras perder el poder en el País Vasco, su portavoz en el Congreso, Josu Erkoreka, ya se ha ofrecido a su homólogo socialista, José Antonio Alonso, para sentarse a negociar. Como primera condición puso el blindaje del concierto económico vasco, si bien reconoció que le valía con una declaración de compromiso por parte de los socialistas. El PSOE, mientras tanto, tiene un as clave en esta negociación: la Diputación de Álava, donde gobierna el PNV en minoría. Un acuerdo del PP y el PSE pondría fin en cualquier momento a esa situación. Una razón de peso para que los nacionalistas vascos no se pongan demasiado exigentes en la negociación de los Presupuestos de 2010.
El presidente del PNV, Íñigo Urkullu, confirmó ayer su buena disposición a negociar. Pese a reconocer, durante la celebración del «Alderdi Eguna», «lo mal que lo está haciendo Zapatero, su falta de rigor y la situación política en la que está», apuntó que el PNV «por responsabilidad institucional y por Euskadi, si hay que negociar, negociará, y si es posible el acuerdo, acordará», y siempre «cumplirá la palabra dada».
Con esta actitud no es de extrañar que el PNV tenga prioridad para el Grupo Socialista en la negociación de los Presupuestos. De la misma manera que los socialistas volverán a intentar cerrar un acuerdo con los dos diputados del BNG. Los nacionalistas gallegos ya no están en el Gobierno de la Xunta, pero como se ha podido comprobar en el Congreso en los últimos meses, esa circunstancia no ha sido óbice para que hayan conservado su cercanía al PSOE en las votaciones parlamentarias.
La sangre de un anémico
Ahí se encuentran las mayores posibilidades de pacto para el PSOE. El Grupo Catalán de CiU (10 escaños) mantiene su disposición a presentar una enmienda a la totalidad de los Presupuestos. Su portavoz en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, cree que el proyecto de ley aprobado por el Gobierno «no sirve para salir de la crisis, es sólo para salir del agujero de gasto en el que se ha metido el PSOE». En la misma línea se pronunció el presidente del partido, Artur Mas, quien señaló que el incremento fiscal es para la economía «como sacar sangre a un enfermo que está anémico».
En el Grupo de ERC-IU-ICV (cinco diputados), la posición de salida es de claro rechazo hacia los Presupuestos. El coordinador general de IU, Cayo Lara, considera que con estas cuentas Zapatero está dando «la llave de la Moncloa al PP». Según anunció, IU no apoyará estos Presupuestos porque «van contra los intereses de la clase trabajadora, de las pymes, los mileuristas, y la gente que sufre la hipoteca todos los meses».
Desde ERC, Joan Ridao mantiene un discurso muy crítica ante la política económica del Gobierno y, en concreto, por la gestión de Zapatero. Con las elecciones autonómicas catalanas a la vuelta de la esquina no parece probable que Ridao dé ahora un giro de 180 grados a su posición en el Congreso. De la misma manera, el portavoz de ICV, Joan Herrera, ve un «sinsentido» que el Gobierno suba los impuestos para reducir el déficit, y no para incrementar el gasto público.
Al PSOE le quedaría aún la baza del Grupo Mixto, más allá del BNG. Pero su voto contrario en 2009 da pistas de lo que pueda ocurrir. El diputado de UPN, que se abstuvo, no ha decidido aún su voto.
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