Obama llama a Zapatero y le urge reformas por los «problemas» en España

El portavoz oficial de la Casa Blanca, Robert Gibbs, confirmó durante su comparecencia diaria ante la prensa que «el presidente de Estados Unidos habló esta mañana con el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que presentará reformas ante su Parlamento, creo, mañana». Según Gibbs, «España, a causa de algunos de sus problemas, necesita adoptar reformas en las que el primer ministro ha comenzado a trabajar».

Matiz gubernamental

La llamada ha sido presentada por el Gobierno norteamericano como parte del interés de la Administración de Obama por contener los problemas financieras de Europa y, en concreto, que los problemas de la economía española puedan afectar a más países. Sin embargo, las fuentes gubernamentales consultadas precisaron que la conversación se desarrolló más bien sobre la idea de que se deben tomar medidas «para que España no se vea contagiada» por los problemas existentes en otros países, como Grecia.

Las mismas fuentes apuntan que Zapatero indicó a Obama que hoy comparecería ante el Parlamento con una serie de medidas, aunque no entró en el detalle de las mismas. Es más, el presidente del Gobierno llegó a asegurar que España está haciendo sus deberes y que confía en poder reducir el déficit de acuerdo con los plazos previstos. Obama coincidió con Zapatero en que todos estos asuntos deberían ser abordados en la cumbre del G-20, el próximo mes de junio en Canadá, en la que ambos estarán presentes.

No obstante, en un escrito publicado tras la intervención del portavoz de Obama, la Casa Blanca insistió en que los dos mandatarios abordaron «la importancia de que España adopte una acción decidida como parte de la iniciativa europea para fortalecer su economía y construir confianza ante los mercados». Según la declaración, el presidente Obama remarcó «el respaldo de Estados Unidos a esos esfuerzos». El secretario de Prensa de la Casa Blanca recalcó que, durante las últimas semanas, el Gobierno de Estados Unidos ha seguido de cerca los problemas financieros de Europa, defendiendo, entre otras cuestiones, la necesidad de una pronta ayuda multilateral para impedir la bancarrota de Grecia.

El ahorro de Merkel

Este domingo, el presidente Obama habló con la canciller alemana Merkel y el presidente francés Sarkozy. Según las explicaciones de la Casa Blanca, este ejercicio de diplomacia telefónica se ha centrado en «la importancia de que los miembros de la Unión Europea adopten medidas decididas para restaurar la confianza en los mercados».

Según el portavoz oficial de la Casa Blanca, Obama estaría contento con los acuerdos alcanzados el fin de semana pasado en Bruselas, llegando a la conclusión de que «las medidas adoptadas eran necesarias y hacían falta».

Parece que la idea de que los esfuerzos son necesarios ha calado hondo. No sólo España mueve la ficha del ahorro. Ayer, Angela Merkel anunció, tras la aprobación definitiva de las ayudas alemanas a Grecia, que se suma a las medidas de recorte del gasto. Merkel citó nuevas medidas de saneamiento fiscal cuyo detalle debe ser elaborado en el curso de las próximas cuatro semanas. La canciller reacciona así las críticas opositoras contra lo que califican de costosa inacción, informa Ramiro Villapadierna .

También el Banco de España

Mientras, el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, y el Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, recordaban ayer a Zapatero que cualquier medida de ajuste fiscal está condenada al fracaso si no viene acompañada de una profunda remodelación del actual mercado laboral, informa Ana Fernández. Es la más «necesaria» de todas las reformas estructurales,llegó a asegurar Fernández Ordóñez.

A pesar de que las buenas intenciones ya cruzan a ambos del Atlántico, todavía hay muchas dudas en los mercados, que ayer procedieron a corregir los históricos excesos alcistas de la víspera. La Bolsa española, como ya nos tiene acostumbrados, se colocó en la situación más extrema y ayer fue la que más bajó en Europa. En otra sesión muy volátil, el Ibex-35, que llegó a caer un 6%, aunque al final sólo se dejó un 3,23% y terminó manteniendo la barrera de los 10.000 puntos.

La moneda única europea volvió a ceder posiciones y se dejó la mitad de lo que había ganado en la víspera.