Núñez Feijóo: «Soy presidente, soy un gallego más»

La jornada de Alberto Núñez Feijóo comenzó a las once de la mañana en el Pazo do Hórreo, sede del Legislativo autonómico, donde arropado por personalidades de la vida civil, política y económica de Galicia y el resto de España prometió su cargo. Ante la mirada de su familia, Mariano Rajoy y la cúpula nacional del PP, y una amplia representación de diputados y protagonistas de la política autonómica gallega de los últimos veinticinco años, Núñez Feijóo se comprometió a "la tarea de la defensa de la identidad de Galicia y de sus intereses, así como la promoción de la solidaridad entre todos los que integran el pueblo gallego".

La crisis volvió a ser el eje sobre el que pivotó su primer discurso del día, y para combatirla realizó un nuevo llamamiento a la unidad de las fuerzas políticas, más allá de sus diferencias partidarias. También mostró su preocupación por mantener un alto grado de servicios públicos en materia de igualdad y bienestar, y aprovechando la presencia de Manuel Chaves, vicepresidente tercero de asuntos autonómicos del Ejecutivo de Zapatero, trasladó su intención de alcanzar un acuerdo sobre el modelo de financiación autonómica que salvaguarde los intereses de Galicia y tenga en consideración sus particularidades geográficas, demográficas y económicas.

Y casi como una obligación en todos sus discursos, para sacudirse los complejos que plataformas y sectores próximos al nacionalismo han intentado imputar al nuevo titular del Ejecutivo autonómico, Núñez Feijóo reiteró su compromiso para "conservar y garantizar la pervivencia de nuestra lengua", de modo que los ciudadanos "puedan seguir usando, en libertad, las dos lenguas que nos hacen más universales". Una invocación similar la realizaría en su segundo discurso del día, pasado el mediodía, en el Obradoiro compostelano.

Al acto en el Salón de los Reyes en el Parlamento de Galicia no faltaron, aparte de los diputados y representantes en las Cortes del Partido Popular, dirigentes de la dirección del partido como Mariano Rajoy, Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría, Alberto Ruiz Gallardón o Juan Vicente Herrera. De igual manera, estuvieron presentes el presidente saliente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, y sus antecesores en el cargo, los populares Gerardo Fernández Albor, Manuel Fraga (con quien Feijóo tuvo varios entrañables recuerdos) y el socialista Fernando González Laxe. Manuel Chaves acudió en representación del Gobierno de la Nación, así como otras figuras de la vida económica, empresarial, cultural y política de la Comunidad.

Acto seguido, Núñez Feijóo se trasladó a la Plaza del Obradoiro. Allí le esperaban cerca de 5.000 personas a las que no les importó la amenaza de lluvia para escuchar el primer discurso del flamante presidente al pueblo gallego. Antecedido por la Real Banda de Gaitas de la Diputación de Ourense, Feijóo reivindicó el "galleguismo" como el punto de encuentro de su programa político y las inquietudes de la sociedad, a quienes reconoció la preocupación por la actual situación económica. El acto, notablemente más austero que los celebrados en tomas de posesión anteriores por Touriño o Fraga, tuvo en la humildad del nuevo mandatario su nota característica. "Soy consciente de que asumo la Presidencia con la mayor humildad persona, pero con toda la ambición colectiva" del pueblo, afirmó, "soy el presidente, soy un gallego más".

Para mañana domingo se espera conocer la composición del nuevo Ejecutivo, del que sólo se conoce que tendrá diez consejerías y dos de ellas estarán ocupadas por independientes. Confirmado únicamente Alfonso Rueda como responsable de Presidencia, el resto de nombres llenan quinielas en los mentideros políticos de la Comunidad. Se espera que el lunes prometan su cargo los nuevos integrantes del gabinete de Feijóo, y acto seguido celebren su primera reunión.