No hubo charla con Obama

Cuando lo hizo, acompañado de su esposa, Michelle, saludó con un abrazo a Zapatero y estrechó la mano de la intérprete española. A su vez, Zapatero dio dos besos a Michelle Obama y se sentó entre ella y el senador por Oregon Ron Wyden.

El presidente del Gobierno siguió con respeto las intervenciones que le precedieron, con cantos, lectura de pasajes bíblicos y plegarias religiosas. Después, tras ser presentado como invitado especial al acto, se dirigió al lugar de los oradores, entre aplausos. Eran unas 3.200 personas en el salón principal, entre las que se encontraban los políticos, empresarios y periodistas invitados al acto.

Despedida

Luego escuchó la intervención de Obama, quien, al marcharse se dirigió a Zapatero para despedirse. Fueron escasamente uno o dos minutos, que no dieron más que para unas palabras meramente protocolarias. Según la Casa Blanca, Obama expresó su satisfacción por el viaje a Estados Unidos de Zapatero y su interés en seguir desarrollando «las buenas relaciones entre los dos países».

Es decir, que no hubo tiempo ni siquiera para comentar la reciente decisión del mandatario norteamericano de no acudir a la cumbre entre la UE y Estados Unidos ni a España. Ayer, Zapatero dijo en una reunión en «The Washington Post» que eso «no es un problema» y que entiende que Obama quiera espaciar sus viajes a Europa.