«No hables chorradas, que a los de Marbella los han pillado por el teléfono»

Si Joseba Elosúa hubiera hecho caso a su mujer, Avelina, quizás no estuviera imputado en el «caso Faisán». El recaudador de ETA no era especialmente precavido y gestionaba buena parte del cobro del impuesto revolucionario a través de sus teléfonos privados, tanto el del bar « ... Faisán» como el de su propio domicilio de Irún.

En una de las conversaciones intervenidas del chivatazo realizada a las 21:26 horas del 4 de abril de 2006 en el teléfono de su domicilio, y que figura en el sumario, se revela la preocupación de la esposa de Elosúa. Avelina parece ser perfectamente consciente de los tejemanejes de su esposo y de la posibilidad de que tenga las comunicaciones intervenidas y antes incluso de que el interlocutor del propietario del Faisán responda, la mujer le hace una seria advertencia: «Joseba, no hables chorradas por teléfono ¿eh?Mira a los de Marbella, los han cogido por el teléfono».

Avelina estaba bien informada. Sólo cinco días antes, el 29 de marzo de 2006, la Policía había desatado la primera fase de la «operación Malaya» en la que, entre otros, habían caído la ex alcaldesa marbellí Marisol Yagüe y el cerebro de la trama corrupta, Juan Antonio Roca. Y, como afirmaba la mujer, los pinchazos de sus teléfonos habían sido básicos para descubrir las irregularidades en el ayuntamiento de la capital de la Costa del Sol. Elosúa no hizo caso a su mujer. En esa ocasión, como en otras tantas, siguió «hablando chorradas» del impuesto revolucionario por el teléfono.

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