La muerte de una niña reabre el debate sobre el uso del casco por los menores que coronan los «castells»
ABCBARCELONA. La muerte de Mariona Galindo, una niña de doce años de la colla «castellera» Capgrosos de Mataró (Barcelona), que falleció anteayer después de permanecer once días en coma a raíz de un
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BARCELONA. La muerte de Mariona Galindo, una niña de doce años de la colla «castellera» Capgrosos de Mataró (Barcelona), que falleció anteayer después de permanecer once días en coma a raíz de un traumatismo cráneo-encefálico al caerse de un «castell» de nueve pisos, ... ha reabierto el debate sobre el uso de casco en los menores que coronan las torres humanas. Centenares de personas y los representantes de todas las collas castelleras de Cataluña, que levantaron varios «castells» en honor de Mariona, asistieron ayer al funeral de la joven, que se celebró en la basílica de Mataró, población que ha decretado tres días de duelo por la muerte de la niña.
Antes de producirse este accidente mortal, la Generalitat de Cataluña y la Coordinadora de Colles Castelleres ya estaban elaborando un informe para evaluar la conveniencia de introducir elementos de seguridad una de las tradiciones catalanas más arraigadas. En el estudio participan 33 «colles castelleres» y de éstas, 16 participan en una prueba piloto donde se usa un casco diseñado por la empresa NZI. Este yelmo absorbe la energía del choque en las caídas y garantiza la seguridad tanto de quien lo lleva como del que pueda recibir un golpe. Algunos colectivos defienden el uso del casco en los menores para evitar más accidentes graves o mortales en este colectivo, mientras que otros se resisten a introducir cambios en las tradiciones centenarias del mundo casteller.
El presidente de la Coordinadora de Colles Castelleres, Jordi Carbonell, reclamó ayer que sea el mundo «casteller» quien tenga la última palabra sobre la utilización de elementos de seguridad en la formación de las torres humanas que alcanzan hasta los diez pisos de altura. «Las colles castelleres se han regulado durante más de 200 años sin necesidad de ir de la mano de nadie y serán ellas quienes tomen la decisión de usar o no el casco», apuntó Carbonell.
El presidente de la Coordinadora apuntó que la preocupación de la seguridad en el mundo casteller «no es un tema de ayer» y recordó que un estudio publicado en la revista de la Sociedad Catalana de Pediatría en 1988 afirmaba que las caídas son mucho más frecuentes en otras actividades que en los «castells». Según el estudio mencionado, en la escuela se producen 650 lesiones por cada 1.000 horas, jugando a baloncesto hasta 300 y al fútbol 60, mientras que en los «castells» se producen 44 lesiones por cada mil horas.
Tres muertes en 150 años
El doctor Jaume Rosset, de Fomento de la Ciencia y la Salud en el mundo «casteller», aseguró que la actividad «es segura» y que el accidente de la niña de Mataró «fue excepcional y fruto de la fatalidad». El doctor explicó que la prueba sobre el uso del casco ha coincidido con la caída mortal de la joven, pero «no debemos pensar que hemos hecho mal por no haber corrido lo suficiente con el estudio».
En los últimos 150 años, además del accidente mortal del pasado 23 de julio en la localidad de Mataró, se han registrado otras dos víctimas a causa de esta actividad. En 1983 falleció un niño al caer al suelo en Barberá del Vallès. El otro accidente mortal se remonta al siglo XIX.
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