Los Mossos avisan: Cataluña es líder de la UE del tráfico de marihuana y habrá más violencia y corrupción

La Policía de la Generalitat lo tiene claro: si no hay un brusco cambio de tendencia, el territorio está abocado a más violencia, más corrupción e, incluso, a una colonización criminal de una parte del sistema social y financiero , como ha sucedido en el Campo de Gibraltar en los últimos años, lo que obligó al Gobierno a poner en marcha un plan especial de seguridad que permitiera al Estado recuperar las riendas de la situación. El diagnóstico puede extenderse a otros territorios españoles , según los expertos consultados por ABC.

La banalización del tráfico y consumo de marihuana en España, además de tener serias consecuencias en la potenciación del crimen organizado, la violencia entre las bandas y también hacia las Fuerzas de Seguridad y el deterioro sanitario y social , ha permitido en los últimos años el aumento exponencial de esta modalidad delictiva, considerada socialmente de «baja intensidad» . Ya en 2017 España era el primer país europeo productor de esta droga con 1.125 toneladas de plantas de cannabis incautadas -el 33 por ciento del total de la UE- y más de 34.000 kilos de esta droga intervenidos. Un dato más; entre 2013 y 2017 las confiscaciones aumentaron un 538 por ciento , si bien al año siguiente las cifras se redujeron de forma modesta, según información del Ministerio del Interior.

El negocio es redondo: una plantación de 50 metros cuadrados (unas 700 plantas) produce doce kilos de marihuana en una sola cosecha, con una inversión inicial de 6.000 euros. Cada kilo cuesta entre 2.100 y 2.700 euros en Cataluña. Por tanto, el beneficio neto de una sola plantación de esas características se sitúa entre los 19.200 y los 26.400 el primer año... La distribución, además, es altamente rentable, porque el precio de la droga crece de forma exponencial en el resto de Europa. El beneficio por kilo llevado a esos lugares es, como mínimo, de 900 euros.

Si la situación a nivel nacional es preocupante, en Cataluña lo es mucho más. Allí, la marihuana es la droga más incautada desde hace ocho años, y está a la cabeza de las comunidades españolas . En concreto, en 2018 el conjunto de las Fuerzas de Seguridad confiscaron en ese territorio más de doce toneladas de esta droga. Le siguió Andalucía con «solo» 9,5; es decir, 3.000 kilos menos, en números redondos. En 2019, únicamente los Mossos intervinieron 6,7 toneladas, 300 kilos menos que el año anterior, pero a cambio aumentaron las plantaciones desmanteladas y las plantas intervenidas.

La otra característica que hace de Cataluña una comunidad potencialmente explosiva en esta materia es su enclave geográfico, que la convierte en un nudo de comunicaciones de enorme importancia en lo que se refiere al transporte de la droga procedente del norte de África y del resto de España hacia el norte de Europa. Pero además esa localización facilita el traslado de la importante producción propia hacia esos mismos puntos del Viejo Continente. Es, por tanto, un «centro de exportación» clave de la marihuana y esa necesidad de transporte de la mercancía genera en este territorio nuevas oportunidades de negocio para las redes criminales.

Los Mossos d'Esquadra, en su informe diferencian entre el tráfico de marihuana producida en Cataluña, para el que es necesario disponer de almacenes para la droga propicios siempre a los «narcoasaltos» o «vuelcos», y el que se hace desde otras comunidades pero que utiliza ese territorio como ruta hacia el norte de Europa. En esta segunda modalidad, identifican a lo que denominan «broker de la marihuana»; individuos que compran la mercancía a 1.800 euros el kilo fuera del territorio catalán y lo venden luego en él por 2.500 .

Obviamente, el aumento del tráfico de marihuana hasta los niveles descritos lleva aparejada una profunda implantación del crimen organizado, tanto a nivel de clanes autóctonos como de mafias serbias, chinas, italianas, albanas, dominicanas, paquistanís, de los Países Bajos, marroquíes, vietnamitas o francesas . Además, este tipo de narcotráfico atrae, según se ha comprobado, a toda clase de redes criminales, independientemente de si están especializadas en esta actividad o no.

Por supuesto, todo ello redunda en una mayor actividad criminal, y en que ésta sea más violenta por el intento de los distintos grupos de controlar el territorio y porque cada vez más se enfrentan a las Fuerzas de Seguridad. En 2019, casi la mitad de las redes criminales que traficaban con marihuana en esa comunidad tenían armas de fuego y se les intervinieron 94 . Y solo en los últimos cuatro años hubo 23 crímenes relacionados con el tráfico de drogas y nueve de las víctimas trabajaban con marihuana.

Para los Mossos d'Esquadra Cataluña vive un momento crítico, ya que se espera que continúe el crecimiento del mercado de la marihuana . En estos momentos considera que se ha consolidado un «sistema parasitario», en el que las redes criminales absorben y usan los recursos del Estado, y se avanza hacia el «simbiótico», en el que trabajan concertadamente con él .

Para justificar esta afirmación, los expertos aluden al potencial de crecimiento del mercado en Europa, a la implantación de forma estable del crimen organizado transnacional , lo que supone la consolidación de la actividad criminal, la especialización y la capacidad de adaptación de los grupos.

La Policía catalana concluye que «la situación actual de parasitación del mercado de la marihuana es producto de la falta de atención del control formal, que ha subestimado su capacidad de infiltración en las estructuras legales» . Y si no se corta la inercia, la situación empeorará de forma muy seria en los próximos años. En Cataluña, por supuesto, pero los expertos también extrapolan el peligro al conjunto de España.