Moratinos recorta los gastos de los diplomáticos en sus cambios de destino

Malestar

Las medidas tomadas por la dirección del Ministerio de Exteriores, que algunos diplomáticos están comprobando al comenzar a tramitar sus traslados a los destinos que les han correspondido, han generado, según pudo constatar ABC, un gran malestar entre los funcionarios, especialmente por lo que supone de reducción efectiva de sus salarios al tener que hacer frente a los gastos para el equipaje o a los suplementos para poder viajar junto a su familia en clase preferente cuando se trata de vuelos transoceánicos o de larga duración.

Al parecer, la Junta Directiva de la Asociación de Diplomáticos de España (ADE) ha remitido una carta a la subsecretaria del Ministerio de Asuntos Exteriores, María Jesús Figa, en la que expresa su preocupación por el recorte en los gastos destinados al traslado a otros países, con independencia de sus lugares de destino. En su carta, la ADE, que agrupa a un elevado porcentaje de diplomáticos, reconoce la necesidad de austeridad en estos momentos, pero pide que se reconsideren algunas de las medidas adoptadas, especialmente la referente a la supresión de la ayuda para el traslado de 100 kilos de equipaje en el mismo vuelo. En muchos casos, el envío de las pertenencias de los diplomáticos que son cambiados de destino suele tardar hasta varios meses en llegar, por lo que necesitan llevar consigo en el viaje algunos enseres y ropa para adaptarse al nuevo lugar, por los cambios de temperatura, peculiaridades del país, etcétera.

Vuelos

Otras de las medidas afecta a los vuelos que, excepto en el caso de los embajadores y sus familias, deberán hacerse en clase turista. Hasta ahora, aunque no había nada escrito, era frecuente que los responsables del Ministerio autorizaran el viaje en preferente cuando los cambios de destino son transoceánicos o con distancias de muchas horas.

De igual modo, hay cierto temor entre los diplomáticos a que las ayudas para el alquiler de casas de los «números dos» o cónsules generales en las distintas embajadas se vean reducidas, algo que también resulta problemático en algunos países donde los precios son muy elevados, si se quiere contar con una vivienda suficientemente representativa.

Los recortes aplicados en el capítulo de personal contrastan con los fondos destinados a proyectos como la cúpula encargada a Miquel Barceló para la sala de la Alianza de Civilizaciones en la sede de la ONU en Ginebra, una polémica iniciativa en la que Exteriores ha puesto ya ocho millones de euros.