Montilla descarga sobre Rajoy toda la responsabilidad del bloqueo del TC

Al tiempo que altos responsables del PSOE y del Gobierno enfriaban el entusiasmo inicial por una renovación del TC, el líder del PSC se esforzó por demostrar ante los cuadros del socialismo catalán, y ante el conjunto de la ciudadanía, que Zapatero sí atiende sus quejas para centrar toda la responsabilidad en el líder del PP. «No nos equivoquemos, la situación anómala del TC, con cuatro de sus miembros que ya hace mucho tiempo que han acabado su mandato, tiene un principal responsable, el PP».

Una responsabilidad que la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, se apresuró a rechazar. La dirigente popular acusó «a Zapatero y al PSOE de tener detenida en el Senado» la renovación del Constitucional.

En una jornada plenamente preelectoral, con todos los candidatos a la presidencia de la Generalitat celebrando bolos por la comunidad, el último intento fallido de cerrar el debate sobre el Estatuto en el Tribunal centró ayer todos los mítines. Así, el líder de CiU, Artur Mas, repartió culpas entre PP y PSOE pero arremetió, sobre todo, contra la asignación a un magistrado con mandato caducado desde hace dos años como nuevo ponente de la sentencia del Estatuto, en referencia a Guillermo Jiménez.

Situación surrealista

«Si es inadmisible que el Constitucional toque el Estatuto, todavía es más inadmisible que lo haga un tribunal agrietado y peleado», denunció Mas, quien consideró la situación «digna del surrealismo de Salvador Dalí». Ahora, advirtió el líder de la federación nacionalista, PP y PSOE «no pueden mirar hacia otro lado, son directamente responsables del funcionamiento de una institución que en este momento ha convertido su actuación en una actuación literalmente penosa».

Por su parte, el líder de Esquerra, Joan Puigcercós, tachó la situación de «humillante para Cataluña», tras destacar que «todas sus leyes y medidas anti crisis» pueden quedar en suspenso pendientes del TC. Por ello, retó a CiU y PSC a presentar una propuesta de reforma del Tribunal, aunque reconoció que «hoy por hoy no es posible».