Los menores atrapados en Ceuta: entre el último intento de ir a Europa y la angustia de sus padres en Marruecos

En ese dilema, hay los que esperan ocultos en campamentos, cada vez más pequeños y localizados, mientras deciden. Otros se han lanzado a conseguir el sueño europeo. En el puerto se ha podido ver cómo algunos menores han intentado colarse para poder ser polizones ocultos en un vehículo que los lleve hasta la península. Conseguir la meta por la que entraron y que luego descubrieron que era mentira.

No había una lista en el centro de acogida, ni un barco para llevarlos a Andalucía, ni sanidad gratis para todos, tampoco los esperaba Cristiano Ronaldo y ni mucho menos de excursión con el colegio a España. Engañados, los único que encontraron fue la miseria de las calles y la caridad de algunos vecinos para darles algo de ropa, mantas y comida . Cerca de 800 menores fueron acogidos en unas naves industriales de Tarajal , donde acostados en estantería o en el suelo la mayoría pasaron la primera noche de la crisis.

De allí hay quien intenta escapar. Ismael de 13 años reconocía a ABC que tenía miedo a que lo llevaran a Marruecos. Existe ese rumor. Creen que les pegarán los militares o que irán a la cárcel si vuelve. El Defensor del Pueblo Andaluz ha pedido que los menores que regresen a Marruecos deben tener garantizada su seguridad y la de sus familias. El miedo, basado en muchos casos en rumores, hace que muchos traten de escapar de las naves . Agujeros en el techo para huir, carreras cuando llegan del hospital de hacer las pruebas para determinar la edad o intentos de fuga entre los coches de Policía y las ambulancias de Cruz Roja.

Eso en medio de un complicado trabajo de filiación para saber su procedencia. Ahí es donde se descubrió que muchos habían sido engañados, al hablar con ellos. Se les hacen pruebas PCR, tomaron los datos y se les practicó el estudio para determinar su edad. Se buscó la salida de 200 menores de los centros de Ceuta (La esperanza y Piniers) para la península y se hizo hueco a los de las naves, donde este viernes, mientras unos intentaban cruzar de polizones, otros llegaban para poner fin a la aventura española. A otro los llevaba la Policía que está recogiendo a los menores de las calles para llevarlos a los puntos de acogida. Los hay que quieren volver con sus padres.

De esta forma, el Servicio de Protección del Menor está habilitando unas instalaciones en pabellón en Santa Amalia. Ya se han trasladado a más de 400 de los casi 2.000 que estimó que había el Gobierno de España, a centros prefabricados para ser acogidos. Muchos están siendo reclamados por sus padres, que denunciaron que habían sido engañados, recogidos en el colegio y soltados en la frontera para que pasasen a España.

Ante la angustia de las familias, que en muchos casos envian a amigos y conocidos al Tarajal para ver si estaban allí sus hijos, el propio Ayuntamiento de Ceuta puso en marcha un teléfono, que en sus primeras 24 horas ha recibido más d e 4.400 llamadas desesperadas de madres . No son ese número de familias, si no que se repiten. «Si fuera una de esas madres llamaría siete veces», señaló ayer Maribel Deu, vicepresidenta del Gobierno de Ceuta.

Las familias marroquíes están pidiendo la reagrupación familiar, para poder recuperar a sus vástagos empujados a cruzar a Ceuta. La negociación entre Marruecos y España está abierta. De forma excepcional, algunas madres han podido sacar a sus hijos del Tarajal, como la de las dos niñas españolas que fueron halladas en este punto. El problema es que, para ello, los padres tienen que cruzar la frontera con la documentación que acredite que el menor es hijo suyo y recogerlo.

Sin embargo, la frontera permanece cerrada desde que Mohamed VI decretó su bloqueo como medida contra la pandemia el año pasado. Esos padres, salvo autorización de Marruecos, no pueden cruzar a por sus hijos. Los que sí han podido volver han sido los mayores de edad. Hasta ayer, la cifra de expulsiones ofrecida por el Ministerio de Interior era de más de 6.600 personas de las más de 8.000 que entraron en avalancha aupadas por la apertura de la verja que propició Marruecos.