Marlaska insiste en defender el tercer grado al asesino de Lardero
PP y Vox le recuerdan que el autor del crimen del pequeño Álex consiguió la libertad condicional gracias a esa medida de Instituciones Penitenciarias, que depende directamente del ministro de Interior
«Miserable, indigna, despreciable o ignorante» son algunos de los calificativos que el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska , ha empleado esta tarde en el Congreso para responder a PP y Vox sobre el tercer grado que le concedió Instituciones Penitenciarias a Francisco Javier ... Almeida, presunto autor del crimen de Álex, el niño de nueve años asesinado el pasado 28 de octubre en Lardero (La Rioja).
Visiblemente molesto e incómodo, Marlaska ha respondido a varias preguntas e interpelaciones de los dos principales grupos de la oposición, que pidieron su dimisión por ese tercer grado que concedió Instituciones Penitenciarias –organismo que depende directamente del propio ministro– en contra de la opinión mayoritaria de la Junta de Tratamiento de la cárcel del Dueso (Cantabria) , en la que este individuo cumplía condena por asesinar y violar a una mujer en 1998.
Ese tercer grado permitió que Almeida saliera en libertad condicional en abril del año pasado hasta que hace dos semanas fue detenido y acusado de asesinar al pequeño Álex. El ministro descargó la responsabilidad en el juez de vigilancia penitenciaria que le concedió la libertad condicional y en la Fiscalía, que no se opuso. Ese fue su clavo ardiendo: reiterar que su departamento sólo concedió el tercer grado y además en la modalidad más restrictiva, mientras que «la libertad condicional la autoriza el juez y la avala el fiscal» .
PP y Vox le recordaron que Almeida pudo acceder a esa medida de gracia porque antes Instituciones Penitenciarias le había reconocido el tercer grado, sin el cual ningún juez puede conceder la condicional . Y de nuevo Marlaska insistió en que el tercer grado «no es lo mismo» que la libertad condicional, cuya responsabilidad siguió adjudicando a los jueces y fiscales.
El ministro de Interior tuvo tiempo para algunos tics de soberbia: primero dijo al diputado popular Javier Merino, vecino de Lardero, que «yo le puedo dar todas las lecciones porque he sido juez de vigilancia penitenciaria y sé de lo que hablo», aunque poco después se jactó de que «hoy no tengo tiempo para dar clase de Derecho Procesal». Sí lo tuvo sin embargo para hablar del 'Prestige', de la Guerra de Irak y hasta de la renovación pendiente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Piden su dimisión
La portavoz de Interior del PP, Ana Vázquez, le reprochó que «los ciudadanos no entienden cómo ese señor consiguió la libertad condicional porque usted le concedió el tercer grado» que le habían denegado a Almeida en dos ocasiones anteriores. «Usted ya debería haber dimitido», espetó Vázquez a un Marlaska «que ha pasado de juez carcelero a ministro excarcelador» .
El PP denuncia que el giro que el Gobierno ha dado a la política penitenciaria para favorecer a los presos de ETA está beneficiando también a otros criminales a los que tiene que conceder esas mismas medidas para evitar agravios. Es lo que la diputada popular definió como «la política del buenismo en las prisiones».
También muy contundente se mostró la portavoz adjunta de Vox, Macarena Olona, que preguntó al ministro por qué no fue a dar el pésame a la familia del pequeño Álex a pesar de que tres días después del asesinato participó en un mitin de su partido en Logroño, a escasos cinco kilómetros de la localidad en la que ocurrió el asesinato. Marlaska respondió que no lo hizo «por respeto al dolor» y tras «valorar las circunstancias de la situación».
Olona recordó que su partido está a favor de ampliar la prisión permanente revisable a más delitos y «el único» que defiende la implantación de la cadena perpetua en España «para los criminales más execrables». Lamentó que este Gobierno «aplique una ideología sectaria a la política penitenciaria» que se traduce en «excarcelaciones de presos excesivas».