Marlaska elige un perfil político para dirigir a la Guardia Civil

Marlaska quería poner a una mujer al frente de la Guardia Civil por primera vez en la historia de este Cuerpo, y que además tuviera un marcado perfil político . La elegida, María Gámez, cumple ambos requisitos, aunque hay que añadir a continuación que tiene escaso conocimiento de la realidad del Instituto Armado en su conjunto. Fuentes de la Benemérita explicaban a ABC antes de conocerse el nombramiento que su única petición es que la elegida fuera de la máxima confianza del ministro y tuviera liderazgo.

Gámez, nacida en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), optó en dos ocasiones sin éxito a la Alcaldía de Málaga llegando a retirarse de la política en 2016. En ese momento, regresó a su puesto como funcionaria de carrera de la Junta de Andalucía en la Delegación de Cultura en Málaga hasta que, con la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa, fue reclutada como subdelegada del Gobierno en Málaga.

Licenciada en Derecho por la Universidad de Málaga y diplomada en Alta Dirección de Empresas por el Instituto Internacional San Telmo, tuvo el primer cargo político relevante como delegada provincial en Málaga de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa, de 2004 a 2007.

Al margen del currículum y la ideología, fuentes consultadas por ABC aseguran que se trata de una persona muy trabajadora, agradable en el trato y que en su etapa al frente de la subdelegación del Gobierno en Málaga ha hecho todo lo posible por dotar a la Policía y a la Guardia Civil de las mejores condiciones de trabajo.

Los directores generales de la Policía, Francisco Pardo, y Guardia Civil se mueven sobre todo en el ámbito organizativo y administrativo de ambos Cuerpos, ya que las cuestiones operativas las tratan los directores adjuntos respectivos con el secretario de Estado de Seguridad.

En cuanto a los directores adjuntos operativos, mientras el de la Policía, José Ángel González, tiene garantizada su continuidad –su prestigio en el ministerio ha aumentado desde su nombramiento, muy especialmente por su trabajo durante las revueltas en Cataluña después de la sentencia del 1-O–, el de la Guardia Civil tendrá que ser relevado en breve, ya que el teniente general Laurentino Ceña se jubila en marzo . No sólo él, esta misma semana ha hecho lo propio el teniente general Ángel Gozalo, que dirigía la Jefatura de Apoyo, y el año que viene lo hará el teniente general Fernando Santafé, jefe del Mando de Operaciones. Es decir, tres de los cuatro tenientes generales del Instituto Armado dejarán el puesto en un año como máximo, y sólo quedaría Francisco Díaz Alcantud, que está al frente de la Jefatura de Personal.

La nueva directora general, por tanto, tendrá la responsabilidad de promocionar a nuevos tenientes generales a la cúpula de la Guardia Civil en un momento además especialmente crítico , ya que se debe decidir cómo queda el despliegue del Cuerpo en esta nueva etapa, después de que en los últimos años se haya producido un repliegue a las ciudades y se hayan cerrado numerosos cuarteles por falta de efectivos.

El último puesto clave para la seguridad nacional que está pendiente de nombramiento es el de secretario de Estado director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Ocupa el cargo desde julio de forma interina Paz Esteban , una mujer con una larguísima trayectoria en los servicios de Inteligencia y que ha pilotado el centro a plena satisfacción desde la jubilación del general Félix Sanz Roldán.

Hasta ahora ha trascendido que el Gobierno quiere que una mujer ocupe el puesto, y desde el Ministerio de Defensa se asegura que no se van a hacer cambios, por lo que no hay que descartar que Paz Esteban sea ratificada . Otros nombres que habían sonado eran el de la exsecretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella , y el de la jefa de gabinete de Margarita Robles, Esperanza Casteleiro .