Una mafia china ganó 5 millones comprando contratos de trabajo fraudulentos a empresarios vascos

L a segunda, a prostituir a mujeres chinas en condiciones inmundas en pisos de la capital aragonesa donde también tenían que vender drogas. Al frente de esta última estaba una 'madame' de su misma nacionalidad que planeaba expandirse a Madrid. La Policía Nacional ha desarticulado la trama, ha detenido a 63 personas y liberado a cinco víctimas, de momento.

La denuncia de una mujer china en Zaragoza fue el inicio de la investigación, un hecho inédito por el silencio que impera en esta comunidad. Ahora es testigo protegido. La red captaba a mujeres de unos cuarenta años en la zona de Kingtao (China) con la promesa de una buena vida. Lo que se encontraban al llegar eran pisos sucios y destartalados en los que convivían y debían prostituirse las 24 horas cada día del año, limpiar, pasear al perro de la jefa y traficar con drogas.

Los clientes eran españoles en su mayoría, y ellas mercancía de usar y tirar, según los responsables de la Brigada Central de Trata de la UCRIF. Cada una debía pagar entre 8.000 y 10.000 euros y malvivir. En el frigorífico, salpicado de moho, no se guardaba comida sino estupefacientes para esos clientes. Más negocio para la red que ha obtenido unos cinco millones de euros de beneficios.

La operación Goliat-Boga ha destapado que la rama zaragozana captaba a las mujeres para su explotación sexual (se han desmantelado seis pisos) y la vizcaína facilitaba la documentación con contratos de trabajo y empadronamientos fraudulentos. La de Zaragoza la mandaba una 'madame' china, exvíctima, que vive de forma legal en España desde hace 15 años y que ya había sido detenida con anterioridad por hechos similares en Barcelona sin cumplir pena. Para conseguir su liberación, las mujeres debían pagar a los explotadores grandes cantidades de dinero que incluían elevados intereses inasumibles.

La trama vasca la encabezaba 'el Viejo', otro chino, también en situación legal que contaba con enlaces, intermediarios, empresarios y había triunfado tanto en su negocio que se permitía seleccionar a los clientes (chinos sin papeles) más solventes. Los contratos que se hacían eran legales para el cuidado de personas, la construcción y bazares, pero quienes pagaban por ellos ni siquiera vivían en el País Vasco, sino en Barcelona y otros lugares de España.

Los que se prestaban a los falsos empadronamientos cobraban entre 400 y 700 euros por persona y los empresarios entre cinco y seis mil euros. En solo un año esta trama habría regularizado a más de un centenar de personas y 'el Viejo' se jacta de que lleva diez años haciendo lo mismo. «No podemos calcular con exactitud pero es probable que hayan conseguido papeles para más de un millar de personas de forma irregular», explican fuentes de la investigación.

Las 63 detenciones, todos chinos excepto dos españoles y un pakistaní, 50 se han practicado en Bilbao, 13 en Zaragoza y uno en Madrid. En la capital ya tenían un piso preparado para la explotación de mujeres. En los registros se han intervenido 115.000 euros en efectivo, drogas, dispositivos electrónicos y documentación. La Brigada Central de Trata de Seres Humanos destaca la importancia de la denuncia inicial que ha permitido desarticular esta potente organización. Solo la 'madame' china y su segunda, a la que también prostituían, han ingresado en prisión provisional.