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A la deriva

El PSOE enredó al líder de la oposición con RTVE y le dejó en la estacada con el CGPJ

Pablo Casado, esta semana en el Congreso EP
Luis Herrero

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Casado tiene garras de cachorro. No le encuentro otra explicación. De otro modo no se entiende el ridículo espantoso que ha hecho durante estos días. Llevaba dos años diciendo que no negociaría la renovación de los órganos institucionales si Sánchez no aceptaba sus exigencias. En ... el caso del CGPJ, estas tres: dejar fuera a Podemos, cambiar el sistema de elección de los vocales y acabar con las puertas giratorias entre la política y la Justicia. Cuando saltó la noticia de que el acuerdo era inminente (la idea original era cerrarlo antes del jueves) a algunos nos dio por pensar que los socialistas habían aceptado las demandas de los populares. Al menos, alguna. Era lo lógico. ¿Por qué otra razón iba a cambiar de criterio el líder del PP después de haber resistido tanto tiempo sin doblar el brazo? El lunes 22, fuentes próximas a Génova aseguraban que en el listado de nombres que se estaba barajando no figuraba ninguno que pudiera relacionarse con el partido de Iglesias. La afirmación literal fue así de rotunda: «Podemos no solo no participará en las negociaciones, sino que, además, tampoco colocará a personas afines en ninguna de las vocalías del Consejo».

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