Letizia Ortiz, al pie de la marea negra del «Prestige»

Esto fue lo que le debió ocurrir a la actual Princesa de Asturias cuando, hace ahora 10 años, fue enviada por TVE a cubrir la información del «Prestige» . De hecho, tan sólo habían pasado unos meses entre esta entrevista y su trabajo al pie de la marea negra que cubrió las costas gallegas tras hundirse el petrolero.

Las imágenes «terribles» de los voluntarios trabando de sol a sol , las aves cubiertas de fuel y, en muchos casos, muertas, y el agua y la arena teñidas de negro debían estar presentes en sus horas de descanso. «Entonces es cuando, después de valorar emocionalmente lo que has cubierto, te entristeces y llamas a tu casa para desahogarte con tu gente», aseguraba la entonces periodista, que se había convertido en una de las nuevas caras de los informativos de la televisión pública.

Letizia Ortiz había conocido al Príncipe tan sólo un mes antes de que el «Prestige» se hundiera, causando la peor catástrofe ecológica de la historia de Galicia. Era octubre de 2002, nueve meses después de que Don Felipe hubiera anunciado su ruptura con Eva Sannum , y Pedro Erquicia , entonces director del programa «Documentos TV», la invitó a una cena con periodistas en su casa, a petición del Príncipe, a la que él también acudiría. Parece que congeniaron.

Y tras otro leve encuentro en la entrega de los premios Príncipe de Asturias, donde simplemente se saludaron, la tragedia del «Prestige» volvió a juntarles. El heredero de la Corona acudió en diciembre para interesarse por los efectos de la marea negra y para dar apoyo a los afectados, en la que era la peor catástrofe ecológica de la historia de Galicia y una de las peores de España.

Los informativos conectaban con Ortiz a diario. Como solían describirla sus compañeros, la actual Princesa de Asturias realizaba un trabajo de gran calidad, destacando su «ambición» profesional, su gran capacidad de sacrificio y su perfeccionismo. No fue ni la primera ni la última vez que TVE mandaba a la periodista a cubrir sucesos importantes. En su currículo como enviada especial están, por ejemplo, los atentados del 11-S o la invasión de Irak , pero esta vez había algo que lo hacía (aunque por causas ajenas a su trabajo) diferente.

Cuentas que el Príncipe, que se había hecho con su teléfono en la casa de Erquicia, le enviaba cada día mensajes de apoyo después de cada retransmisión. Su noviazgo con Don Felipe de Borbón y su vida como futura Reina de España se estaba fraguando mientras la intrépida reportera narraba las consecuencias nefastas del hundimiento del petrolero para las costas gallegas, a cuyos responsables se empieza a juzgar hoy . Era uno de sus últimos trabajos como periodista, antes de su nueva vida.