El lado menos conocido de Cuca Gamarra: deportista, familiar y creyente «a mi manera»

Su interés por la política nació temprano. Primero pasó por las Nuevas Generaciones riojanas, que presidió, y lo compatibilizó con su trabajo como abogada. En 1995 se afilió al PP y en 2011 fue elegida alcaldesa de Logroño, la primera mujer en lograrlo , y ahí estuvo hasta 2019, cuando dio el salto a Madrid. Solo un año después fue elegida portavoz parlamentaria del grupo popular, tras la destitución de Cayetana Álvarez de Toledo, y pasó a ser una de las personas de máxima confianza de Pablo Casado, pese a su pasado 'sorayista' durante las primarias de 2018.

Lo que muchos no conocen de esta riojana de 47 años es su afición por el ejercicio. Sale a correr los fines de semana, esquía y practica golf (aunque bromea con que Almeida es mejor que ella), pero el número uno de sus deportes es la maratón. A los kilómetros que ha acumulado en España hay que sumar los de las maratones de Nueva York, París, Budapest o Florencia . Empezó a correr «por la necesidad de compensar el estrés» cuando llegó a la alcaldía . «Tengo las medallas en casa guardadas porque hay mucho esfuerzo detrás», afirma orgullosa.

Las largas horas que ha dedicado a la política no han dejado mucho espacio para su vida personal, donde no ha pasado nunca por altar ni ha tenido relaciones muy largas, según ella. «Me he centrado más en el trabajo. En la política se liga menos de lo que la gente cree, nunca encontré la erótica del poder », confirma. Además, cree que «una mujer con poder da mucho miedo» .

No tiene hijos, aunque disfruta de sus sobrinos, dos mellizos que en mayo cumplirán tres años. Y es creyente, pero 'a su manera' : «No voy tanto a misa como marcan los cánones. Soy muy anárquica e indisciplinada, basta que te digan que tienes que ir un día a una hora para que yo vaya a otra. Soy muy rebelde».

Se define como «feminista liberal» y cita como referentes a sus compañeras Rita Barberá y Celia Villalobos, también exalcaldesas, además de a líderes históricas como Margaret Thatcher . Es una mujer fiel al partido, y de ella dicen que domina la escena política, y se ha crecido a lo largo de los últimos dos años al frente de la portavocía de su grupo en el Congreso. Desde su escaño se ha enfrentado a Carmen Calvo, Nadia Calviño y, estas últimas semanas, a Pedro Sánchez, a quien bautizó hace tiempo como 'Paro Sánchez'.

Cuando le preguntan por Vox dice que no le gustan los populismos . Se ubica lejos de los extremismos, y no tiene problema en reconocer que, en un ámbito personal, se entiende bien con políticos de otros partidos , como Salvador Illa y María Luisa Carcedo (exministros de Sanidad del PSOE), Sergio Sayas (hasta ahora de UPN), Guillermo Díaz (Ciudadanos) o Juan Luis Steegman (Vox).

Cuando en una entrevista con ABC se le preguntó por la etiqueta que siempre se le coloca, la de «moderada», respondió así: «Soy firme en mis convicciones, muy luchadora, no acepto que me impongan nada . Yo siempre digo una frase: ‘a mí no me manda ni mi padre’. Moderación no significa que no luches por las cosas ni conformismo».