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Juzgan a la mafia georgiana que surtía a los compro-oro de Madrid

Saquearon decenas de pisos organizados en células a las órdenes de un «vor», ya condenado

El «vor v zakone», líder del grupo, Zviad Darsadze pide explicaciones a dos de sus lugartenientes ABC
Cruz Morcillo

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El 15 de marzo de 2015 a tres vecinos del barrio del Pilar de Madrid les desvalijaron sus pisos (dos en el mismo bloque): joyas, relojes, gafas, portátiles, tabletas y dinero en efectivo. Un botín suculento en unas horas. Los ladrones abrieron la puerta con una ganzúa. Eran «soldados» , miembros de células a las órdenes de una mafia georgiana a la que llegó a atribuirse más de la mitad de los robos de viviendas cometidos en la capital. En julio de 2015 buena parte de sus escurridizos integrantes (43) cayeron en la operación Aikon I . El juez, en una decisión sin precedentes, los dejó a todos en libertad pese a que algunos acababan de salir de prisión y su historial delictivo era conocido por varios países.

Hoy comienza el juicio contra ellos en la Audiencia Nacional. Cuarenta acusados (algunos están huidos) a los que se imputan robos con fuerza, tenencia ilícita de armas, tráfico de drogas, extorsión, receptación, falsedades documentales y blanqueo. Los objetos robados acababan en varios compro-oro de Madrid, fundidos, o convertidos en remesas (464.000 euros) que enviaban a sus familiares y acabaron en 41 países, y servían además para nutrir la caja común u «obschack» mafiosa . A esa caja contribuyen todos los ladrones para pagar abogados, repatriaciones y ayudar a las familias de los presos. Está previsto que la mayoría accedan a un acuerdo de conformidad alcanzado con la Fiscalía Anticorrupción, que rebajará sustancialmente sus penas (entre uno y cinco años).

El jefe era Zviad Darsadze , un «vor v zakone» o ladrón en la ley, coronado en 2000, que había salido de prisión poco antes tras ser detenido en 2010 en la «operación Java» (más tarde sería condenado y actualmente está encarcelado). Zviad había prosperado. Pasó de ser el «contable» de la caja común a recibir el dinero de la misma, el guardián de los fondos y el encargado de impartir justicia y dirimir conflictos. Supervisaba a las células de ladrones de pisos, les abastecía de útiles para los robos, participaba en la planificación e incluso hacía vigilancias por mucha corona de vor que tenía. Desde esta posición superior tenía contacto con otros miembros de la organización de Francia, Italia, Alemania o Suiza.

La caja común

Le ayudaba su gente de confianza: su mujer Irma Jgeria , que vive en San Sebastián de los Reyes, y a la que llegaban los fondos mediante transferencias que luego gastaba en Versace o Pedro del Hierro; su hermano Mirza Darsadze , heroinómano que se desenganchó en la cárcel y volvió a las drogas tras salir, y sus lugartenientes Archil Giorgobiani, alias «Achiko» también condenado en Java; o Merab Toroshelidze , que recogía las joyas y las entregaba a terceros para que las colocaran en los compraventa de oro. Merab recaudaba el dinero y buscaba pisos y coches para las células de ladrones. Estas tenían una actividad frenética y el relevo era continuo. Los «soldados» llegaban en masa para robar en España, con préstamos si hacía falta o incluso vendiendo una vaca de su familia, como acreditaron las escuchas.

La otra gran pata del grupo mafioso era la especialización patrimonial, con operaciones simples, que se ejecutan en España y en el extranjero, sobre todo Georgia. Una parte de esta actividad no ha podido ser acreditada por las medidas de seguridad que tomaron. Entre 2014 y 2015 la organización movilizó fondos por valor de casi 648.000 euros procedentes de robos utilizando las principales remesadoras y con 757 identidades distintas. Las «mulas» del dinero saltaban también de un país a otro. Muchos robos ni siquiera se denunciaron. Esas joyas de familia acabaron fundidas y engordaron la caja de la mafia georgiana.

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