Jean-Michel Casa: «Queremos volver a una forma de mercado europeo de turismo este verano»

Anterior embajador francés en Portugal, Argentina, Israel o Jordania , Casa es un convencido europeísta, llegando a desempeñar el cargo de director de la UE dentro del Ministerio de Exteriores francés (2009-2013).

Recuerda su año de pasantía diplomática en España, en 1982: «Somos dos países con una cercanía enorme, humana y territorial. Los Pirineos no son separación, los valles están orientados norte-sur. Los Pirineos son una zona de pasaje». También destaca la dimensión humana en la relación bilateral «consecuencia de la inmigración histórica, empezada a partir de la retirada de medio millón de republicanos a Francia en 1939».

Para más seña, su apellido revela unos remotos orígenes catalanes. Recibe a ABC en su despacho, en la Embajada, situada a apenas cien metros de la Puerta de Alcalá.

Embajador, ¿cómo ha pasado estos tres meses de pandemia?

Muy ocupado, siguiendo la situación en España e informando a nuestra capital. Hubo mucha coordinación entre las embajadas, la francesa en Madrid y la española en París, y también a través de nuestros dispositivos gubernamentales de lucha contra la pandemia. Tuvimos contacto diario sobre las decisiones tomadas, diría que el más fértil entre dos países de la UE. Mucho teletrabajo, pero también he venido casi todos los días a la Embajada, pues así el contacto es más fácil con París.

¿Qué ha fallado en países como España, Francia y otros de la UE que no reaccionaron a tiempo teniendo como ejemplo el caso italiano?

Nos sorprendió, a todos, un choque que era imprevisible. No hubo tantas diferencias de calendarios al final. Italia fue contagiada un poco antes, pero tampoco se sabía la gravedad... Posiblemente, Francia, España e Italia, somos los tres países más afectados que gestionamos la crisis de manera similar. Francia, España e Italia estamos en situación similar de gravedad. Somos también los países de la UE que más turismo tienen todo el año, lo que puede ser la razón por la que hemos sido más golpeados; pero eso ha provocado también en esta fase de la pandemia el debate entre el equilibrio de protección de la salud y actividad económica.

¿Qué lecciones aprendidas hay que extraer de todo lo ocurrido en la UE?

A nivel europeo, tenemos que pensar de manera estratégica sobre las epidemias: medidas de vigilancia, creación de reservas estratégicas de material sanitario como mascarillas, respiradores... y capacidad de intercambiarlos, aunque sabemos que, si hay un gran rebrote en otoño, vamos a enfrentarnos de nuevo todos a la vez al mismo problema. Debemos trabajar juntos en investigación de vacunas y tratamientos, mejorar el mercado único de medicamentos. En resumen, tener una visión estratégica en este sector como lo tenemos en otros. Es el objeto de una propuesta común de los gobiernos español, francés y alemán, entre otros, a la UE.

El 25 de mayo, el Gobierno francés recomendó a sus ciudadanos no reservar vacaciones en España. ¿Ha cambiado ese parecer?

Fue la ministra de Transición Ecológica y Transportes, en un contexto muy particular: el anuncio de la cuarentena en España para visitantes del exterior. Fue una medida del Gobierno español tomada en función de la salud de los españoles. Se consideró así un cierre de las fronteras y control de las entradas a través del control de temperaturas y cuarentena. En ese contexto, dijimos que haríamos lo mismo, como medida de reciprocidad, pero fue de manera muy blanda porque al final la cuarentena fue voluntaria y no coercitiva. Por ello, la ministra dijo que, dado las restricciones existentes, era más lógico pensar en un turismo nacional, sabiendo que podía haber limitaciones con los países vecinos de la UE y terceros.

Para España es fundamental el turismo británico, alemán y francés. ¿Recomendaría a sus conciudadanos venir a España este verano?

Claro. Con la reapertura de las fronteras queremos volver a una forma de mercado europeo de turismo este verano. Francia levanta hoy las restricciones de circulación en sus fronteras. España lo hará en una semana, con el fin del estado de alarma. Las fronteras externas seguirán muy controladas con países terceros para garantizar una situación segura en términos de sanidad.

¿Cómo afectará esta pandemia al proyecto de la UE?

Me encantaría que afectase de manera positiva. Que le diera un ímpetu más fuerte para pensar cómo prepararnos ante rebrotes o pandemias nuevas. Por supuesto, con una respuesta de tamaño masivo a la situación económica: el plan de recuperación es indispensable con una contribución estratégica de Francia y Alemania con la propuesta, del 19 de mayo, de un fondo de recuperación de 500.000 millones de euros destinado a los países y los sectores más golpeados.

Pero el riesgo de división norte-sur en la UE existe...

Sí, lo hay. Se ve. Pero hubo un movimiento fenomenal de Alemania, que entiende también que la importancia de los mercados de Francia, Italia o España es fundamental para ella misma y para el resto de Europa. Pero no es solo una división norte-sur. Por ejemplo, en el este de Europa, con países mucho más prudentes, que quieren conservar la redistribución de ese fondo con criterios de cohesión, y menos en función de los efectos de la pandemia. Son países mucho menos abiertos al turismo que nosotros.

¿En qué punto se encuentran las relaciones entre Francia y España?

Los presidentes Emmanuel Macron y Pedro Sánchez hablaron hace apenas diez días una hora por vía telemática. Tengo que ser muy claro: son relaciones de muy alto nivel. Desde 1986, con la entrada de España en la UE, somos socios de primer orden dentro de la integración europea. Con todos los gobiernos, de colores idénticos, de derecha en España e izquierda en Francia o al revés... Tenemos una relación excelente con el actual Gobierno. El presidente Sánchez es para nosotros un socio de confianza, muy respetado en el marco europeo, uno de los principales interlocutores, al frente de uno de los grandes países de la UE y de los más poblados, un gran país amigo. Aún más, tras la salida del Reino Unido.

¿España debería ocupar ese vacío dejado por Londres en la UE?

Ya lo ocupa. Reino Unido es un gran país, pero siempre estuvo dentro y un poco fuera. Era una «relación especial» con la UE. España, en cambio, está en el corazón. De vez en cuando, políticos españoles ven a España como un país periférico pero no es verdad. España está en el corazón de todas las políticas comunitarias desde su entrada en 1986: mercado único, participante del Acuerdo de Schengen desde el principio, miembro fundamental de la Unión Económica y Monetaria, también con una adhesión en todas sus dimensiones políticas con un vicepresidente español del Banco Central Europeo con el exministro Luis de Guindos... España ya ocupa un lugar en el «corazón de máquina» de Europa.

Las relaciones económicas entre España y Francia cada vez son más estrechas también.

Me gusta mencionar un dato muy ilustrativo: el volumen anual del comercio entre España y Francia, unos 75.000 millones de euros, es equivalente al comercio de España con toda América, de Alaska a Tierra de Fuego. Para nosotros, es el equivalente a nuestra relación con China. Esa es la integración que tenemos.

La colaboración antiterrorista siempre fue un eje central entre España y Francia, sobre todo a partir de los años 90... [interrumpe]

Antes. Desde mediados de los 80. Diría que la cooperación de España y Francia contra ETA entra en su fase operacional a partir de los años 83, 84 y 85 con la toma de conciencia del lado francés. Con la llegada al poder de Felipe González, fecha muy importante para la democracia española y para la orientación europea de España, con una colaboración muy fuerte con el presidente François Mitterrand en esas dos dimensiones: antiterrorismo y la incor- poración de España en el proyecto europeo. Eso ha funcionado muy bien hasta el punto de haber derrotado a ETA y tener a sus jefes presos y juzgados. Por ejemplo, el último ha sido Josu Ternera: tendrá que asumir las consecuencias de sus acciones pasadas.

Y ahora frente al yihadismo.

Hay una total confianza entre los aparatos de seguridad de los dos países. De intercambios permanentes, los servicios de inteligencia trabajan casi como si fueran un solo país. Probablemente, España es el socio más cercano para Francia ante esta problemática. Sobre todo, ante la geografía que tenemos: nuestros vecinos son África del Norte y Sahel. En este punto, en la primera semana de la fase 1 de la pandemia, mi primer almuerzo fue con el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para hacer un punto de situación sobre lucha antiterrorista, apertura de fronteras, gestión de flujos de turistas, movimientos transfronterizos, y con un clima de confianza total.

Hablando del Sahel. ¿Cuál es la situación en la zona tras la última operación francesa que acabó con el líder de Al Qaida Abdelmalek Droukdel?

Al Qaida del Magreb Islámico y el Estado Islámico actúan en la zona, con otras milicias islamistas como algunas tuaregs. La situación, para ser franco, podría ser mejor. España ha bajado su participación en la misión de adiestramiento de la UE en Malí (EUTM Malí) por razones del Covid, y quiero saludar el gran papel jugado por las Fuerzas Armadas españolas contra la pandemia, pero aumentará de nuevo su presencia en esa misión, y probablemente España tome el mando de EUTM Malí a principios de 2021, algo muy positivo. España es un socio esencial.

¿No echa en falta un mayor papel de España en apoyo a su misión de combate Barkhane? Hubo negociaciones para un posible apoyo con helicópteros Chinook o para incorporar militares de operaciones especiales a la recién creada Task Force Takuba.

Tenemos apoyo aéreo español con el destacamento en Dakar (Senegal) y rotaciones muy útiles. Sobre la Task Force Takuba de operaciones especiales, hasta ahora España no participa. Pero tenemos que tener en cuenta lo que puede hacer cada país con sus posibilidades y restricciones. Y eso vale no solo para España, que tiene claro su papel en EUTM Malí y es más prudente con la misión de operaciones especiales. Entendemos muy bien esta situación. No afecta nada el entendimiento total entre España y Francia en el Sahel.