Jean-Michel Casa, embajador francés en España: «Sí o sí España tenía que normalizar las relaciones con Marruecos»

Sin embargo, este experimentado diplomático –Jordania, Israel, Argentina o Portugal fueron destinos previos como embajador– rehúye cualquier comentario a ese proceso electoral dado su cargo. Eso sí, nos informa de que los franceses residentes en España se decidieron por Macron y el líder de extrema izquierda, Jean-Luc Mélenchon, como opciones preferidas, con el 39,71% y 22,21% del total de 24.258 votos emitidos. Le Pen obtuvo un 6,96%.

Tres son los asuntos principales que abordamos y que se sitúan en estos momentos, con la guerra de Ucrania de fondo, entre las prioridades de las relaciones bilaterales hispano-francesas : el proyecto de la Europa de la Defensa; la situación regional en el Sahel; y una posible mayor interconexión energética. A la mesa se sientan además su agregado de defensa y su consejero de prensa y comunicación.

El giro del Gobierno español respecto al Sahara Occidental y el reconocimiento del plan de autonomía marroquí de 2007 como la base «más seria, realista y creíble» para solucionar el conflicto también se cuela en la conversación. Por el parecer del embajador sobre ello empezamos esta crónica: «Nosotros ya estamos desde hace tiempo en esa posición. Sin complacencia alguna creo verdaderamente que el gobierno español ha hecho la única cosa que tenía que hacer porque sí o sí España tenía que normalizar las relaciones con Marruecos, pues es de interés fundamental para España y para el resto de Europa. Había que salir de una situación en la cual España no podía funcionar con una relación tan tensa y degradada con Marruecos. Tras el movimiento de Trump todo se hizo irresistible para países como Alemania y España».

La guerra en Ucrania ha despertado la conciencia de defensa europea y Francia ve en ello la gran oportunidad para forjar el papel de la UE como complemento a la OTAN. «Nunca hubo un momento más productivo y positivo en política de defensa europea más allá de los discursos. Siempre hubo buenas intenciones pero ahora se pueden dar pasos firmes de mayor colaboración», explica el embajador Casa, cuya ministra de Defensa, Florence Parly, celebró junto a la española Margarita Robles el V Consejo Hispano-Francés de Defensa y Seguridad en Madrid tras nueve años sin celebrarse. «Hay una dinámica totalmente nueva entre España y Francia».

De este modo, se está avanzando en un nuevo 'acuerdo de colaboración militar hispano-francés': «Sin cambiar radicalmente las cosas, tendrá una mayor dimensión europea. Desde el punto de vista jurídico no diferiría del de 1983 pues ya estaba todo previsto para que hubiera una colaboración plena y entera entre los dos ministerios de Defensa y los dos países. Pero se hace necesaria una nueva redacción del acuerdo para renovar todo lo relacionado con la dimensión estratégica e integrar la dimensión europea».

En consonancia con la Declaración de Versalles, adoptada el 10 y 11 de marzo por los 27 líderes europeos bajo la presidencia francesa de la UE, el embajador Casa alude a las «capacidades militares» con las que los países europeos se deben de proveer, claro está, con soberanía y tecnología europea: «Esta vez debemos actuar en serio para tener capacidades propias de satélites, inteligencia, transporte aéreo, reabastecimiento en vuelo, por ejemplo». Madrid y París ya trabajan en proyectos europeos como el futuro avión de combate europeo (FCAS), el Eurodron, la modernización del helicóptero Tigre, radiocomunicaciones con la colaboración entre Indra y Thales o el avión de transporte militar A400M.

La conocida como 'Brújula Estratégica', primer libro blanco de la UE para la seguridad y la defensa, también fue aprobada el mes pasado. Es ahí donde los países identificarán y propondrán nuevos proyectos para colaborar industrialmente en esa nueva Europa de la Defensa que parece haber despertado tras la invasión rusa de Ucrania y las amenazas explícitas a los países bálticos, Polonia, Suecia y Finlandia.

«Será una dinámica fuerte para tener retornos en términos de empleo y reindustrialización», defiende el embajador francés, que ve terreno «para que todos los países ganen» y superar así la competitividad por los mercados entre las compañías de defensa europeas. ¿En qué podrían colaborar España y Francia más desde el punto de vista de la defensa? El embajador no lo duda: «El Sahel, las amenazas que provienen del sur. Hay que seguir trabajando juntos» . La visión francesa respecto a esta área es que debe ser la UE quien lidere la estrategia, con ayuda de la OTAN y de EE.UU., pero con misiones europeas.

En este punto la salida de las tropas francesas de Malí, tras la petición del gobierno de este país que ha contratado a mercenarios rusos de Wagner, puede tener como consecuencia el realojo de la misión en Níger y, sobre todo, Chad. Este camino lo podría seguir la UE que suspendió su misión de adiestramiento militar EUTM Malí el 8 de abril, una misión que cuenta con 550 militares españoles , siendo el contingente mayor. «Mauritania, Senegal y los países del golfo de Guinea también son prioritarios», especifica el embajador, quien advierte de la presencia rusa en África con intereses económicos y de recursos.

Francia quiere cambiar la forma en la que trabajan esas misiones de adiestramiento europeo: «Queremos pasar de formar batallones a una cooperación más estructural con asesores a nivel político y militar». A la parte operacional se le dedicaría menos tiempo de instrucción militar. El ejemplo sería la nueva misión europea en Mozambique.

La próxima Cumbre de la OTAN en Madrid (29-30 de junio) es otra de las fechas señaladas para afianzar la política de defensa. «Nuestro primer interés en el nuevo concepto estratégico que se aprobará en Madrid será definir la relación con la UE. Queremos concretar de modo escrito una relación más fluida entre la OTAN y la UE . No queremos sustituir a la OTAN sino complementarnos. Necesitamos una OTAN fuerte con una relación más equilibrada entre americanos y europeos y eso es más fácil de conseguir con Biden. Lo ha demostrado con un diálogo serio entre europeos y americanos que ha funcionado en el caso de la guerra de Ucrania».

Respecto a esta guerra, el embajador se muestra prudente sobre su evolución. ¿Hay alguna solución? «Francia puede aceptar una forma de neutralidad de Ucrania, lo que no podemos aceptar es una fragmentación de la integridad territorial ucraniana», dice Casa, que reconoce que «a largo plazo deberá haber alguna forma de diálogo con Rusia; pero la guerra debe parar ya».

La conexión energética entre Francia y España y la apertura de un tercer gasoducto por Cataluña –MidCat– es otra cuestión pendiente. El embajador subraya que «no es una respuesta a corto plazo para acabar con la dependencia del gas ruso en centroeuropa. Su construcción duraría cinco años. Es un tema serio que tenemos que discutir pero no sobre decisiones exageradas de que eso va a convertir a España en el centro de distribución del gas a toda Europa. Habría que hacer diez 'MidCat' para eso. Incluso para los flujos desde Francia al resto de Europa no existen tantas capacidades».

Tras el café, Casa muestra alguna estancia de la residencia. En una de ellas tendrá lugar al día siguiente una reunión con la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. Todo un síntoma de los tiempos. Europa de la defensa... y de la energía. La invasión rusa de Ucrania ha activado ambas políticas.