Intrahistoria del desplante de Juanma Moreno que ha irritado a la dirección nacional del PP

El sábado por la mañana, Teodoro García Egea salió casi al alba de Murcia en dirección Sevilla, para clausurar el congreso provincial más complicado que ha celebrado el partido desde que empezó la renovación territorial, el año pasado. De camino, hizo parada en Granada para tomar un café con los dirigentes locales. El congreso de Granada se celebró en un clima de unidad, como los de Córdoba y Málaga. En el de Granada, Juanma Moreno asistió de forma telemática por la pandemia, y en los otros dos, estuvo presente, como es habitual al ser presidente regional. Desde Granada, García Egea se desplazó hasta Sevilla, para arropar a Virginia Pérez, la presidenta reelegida, que ya ganó en 2017 apoyada, entonces sí, por Moreno en otro congreso de ruptura.

La madrugada anterior había sido imposible el acuerdo en el PP de Sevilla. Se intentó hasta pasada la una de la mañana. Fuentes de la dirección nacional explican que Virginia Pérez, ganadora de las primarias entre los militantes de forma clara una semana antes, ofrecía a su adversario, Juan Ávila , ser vicepresidente con funciones y una participación del 35 por ciento en el Comité Ejecutivo, pero la respuesta fue un «no». Ávila, el candidato de Moreno y Arenas, quería la mitad del partido. Desde la dirección regional, en cambio, se culpa a Virginia Pérez de torpedear el consenso por su nula voluntad de llegar a un acuerdo, según denuncian.

Todo estaba preparado para que el sábado acudieran al congreso Juanma Moreno y Pablo Casado , para escenificar la unidad del partido y poner así el broche de oro a la buena racha de los populares en el conjunto de España, después de una semana en la que habían superado la moción de censura en Castilla y León y habían cerrado el fichaje estratégico de Toni Cantó en la lista electoral encabezada por Ayuso en Madrid. Pero ante la falta de acuerdo Moreno optó por mostrar su discrepancia con el resultado del congreso y decidió no acudir. Fuentes de su entorno señalaron que quería que se viera con claridad que no estaba de acuerdo con la actitud de la dirección nacional, y además no creía conveniente acudir a un congreso «judicializado». Su candidato, Juan Ávila, había lanzado acusaciones de pucherazo en las primarias, ya que, a su juicio, no pudieron votar centenares de militantes que, según cree, podrían haberle dado la victoria.

Moreno no fue al congreso, pero sí envió a su secretaria general, Loles López , quien felicitó a Virginia Pérez por su victoria. Muchos vieron una clara incoherencia entre la actitud de Moreno y el mensaje de su secretaria general.

En Génova no entendieron el mal perder de Moreno. Fuentes de la dirección nacional lamentaron su escaso «espíritu deportivo». Apuntan sobre todo, como responsable, a Javier Arenas, deseoso, a su juicio, de conservar su reducto de influencia en el PP de Sevilla. Tanto Moreno como Arenas forman parte de los perdedores en las primarias nacionales del partido. En pleno proceso de renovación territorial del PP, que ha empezado por abajo, por las provincias, seguirá por las regiones en otoño, y culminará en el congreso nacional, previsiblemente en el verano de 2022, Génova se ha encontrado con la primera división real después de 19 congresos celebrados.

La pregunta ahora es si se trata de una herida leve o profunda. Desde el mismo sábado, en su intervención en Sevilla, García Egea llamó a la unidad, pidió a la ganadora que contase con todos y pidió un partido fuerte para poder ganar. Virginia Pérez sí ha incorporado a los que se enfrentaron a ella en 2017 y fueron derrotados.

Esta semana, está prevista una reunión entre la dirección nacional y la regional para acercar posturas y sobre todo para allanar el camino de los cuatro congresos que faltan: Cádiz, Huelva, Jaén y Almería . Fuentes de Génova confían en que Sevilla sea un caso aislado y no se produzcan nuevas «tentaciones» de división en otras provincias. Al final, advierten, se hace daño al partido y al proyecto de Pablo Casado. El problema, dicen, no es que haya más de un candidato, sino que no se acepte el resultado final.