Íñigo Errejón: «Nuestra propuesta obliga a todo el mundo a retratarse»

- El rechazo del PSOE a conceder los cuatro grupos que pedían inicialmente alejaba el pacto de investidura, ¿qué ha cambiado?

-El PSOE se equivocó. Negar grupos parlamentarios a quienes tenían derecho a que les correspondieran demuestra que el PSOE, a cambio de situar a Patxi López de presidente de la Mesa, le regala la mayoría a PP y Ciudadanos; hace un mal acuerdo, no sólo para nosotros, sino para quien habla de regeneración democrática y de tener un Congreso más vivo.

Nosotros siempre dijimos que el escepticismo lo teníamos siempre, convencidos de que si no se les empuja o se les pone en la tesitura no cambian. Su estructura interna o los intereses a los que están atados les empujan siempre a tomar decisiones que benefician a los privilegiados. En un momento de bloqueo en el que a los que les correspondía no se atreven o no les dan los números, todo es una especie de juego de declaraciones sin iniciativas políticas. Proponíamos desbloquear y creemos que hay posibilidades de un gobierno de cambio que respete la proporcionalidad de las urnas. Y obliga a todo el mundo a retratarse y a decidir si quiere cambio político .

- Dijeron que no entrarían en un gobierno que no presidieran, ¿qué ha cambiado ahora para que quieran formar parte?

- Creemos que es la única garantía de que haya políticas al servicios de la gente golpeada por la crisis. La garantía de que haya gente comprometida por el cambio. A algunos les puede parecer una paradoja pero parte de una concepción nuestra de la política. Uno no tiene que ser amigo de todo el mundo para llegar a acuerdos, sino tener garantías. Desde el escepticismo con los partidos tradicionales, si las urnas dan un tipo de equilibrio que permite empujar para que las cosas sean diferentes y alguien da garantías para ello, es una vía que se puede explorar. Acuerdos que garanticen qué medidas se toman y qué personas ocupan qué puestos cambian la situación. Nos sorprende haber tenido que ser nosotros quienes hayamos tomado la iniciativa , pero parece que otros estaban dispuestos a prolongar la situación mucho tiempo más.

- Ciudadanos les acusa de estar pidiendo sillones en lugar de hablar únicamente de políticas

- Entre el PSOE y nosotros hubo 300.000 votos de diferencia el 20-D y parece claro que si hay un gobierno alternativo al PP tiene que ser fiel a esos resultados . Y hemos demostrado, sobre todo en los Ayuntamientos, que a nuestra gente no le tiembla la mano cuando tiene que elegir entre los privilegiados y la gente. Ciudadanos ha perdido el rumbo, ya le ocurrió al final de la campaña, y se dedica a que se lleven bien PP y PSOE para que nada cambie. Es una postura legítima pero no tiene nada que ver con el cambio.

- En el PSOE han hablado de «chantaje», e incluso Rubalcaba criticó el tono. ¿Es sincera su propuesta?

Claramente. Es una propuesta que se hace con todo sobre la mesa para romper los juegos de rumores, sobreactuaciones y dimes y diretes. Para intentar desbloquear la situación y conformar un gobierno que desde ya legisle a favor de la mayoría social. Sin dobleces y sin doble recorrido, sino dando a conocer los términos que garantizarían un gobierno del cambio. Del otro lado escuchamos ruido y epítetos, pero no propuestas. Son señores que se pelean para que no les toque a ellos protagonizar el desbloqueo de este «impasse» . Las propuestas las hacemos en serio y asumiendo sus consecuencias. Creemos que obligan a elegir y que cada cual se retrate y diga con qué está: si está con el cambio político, con que las cosas sigan igual o si se lo tiene que pensar.

- Cree que la situación actual, con el paso a un lado de Rajoy, ¿estamos más cerca de nuevas elecciones?

- No lo sé. Es un paso atrás táctico de Rajoy para ganar tiempo y conseguir apoyos que aún no tiene, en sus propias palabras, pero también la expresión de una cierta impotencia. Muy pocas horas después de nuestra propuesta hubo un resultado y deja el camino abierto a que pueda haber otra posibilidad de gobierno. Las elecciones nunca se pueden descartar pero no serían deseables. Podemos llegar a acuerdos, el Parlamento es más plural que nosotros y nos obliga a hablar más, pero hablar no es dar titulares en los medios, sino proponer. Los únicos que hemos puesto unas propuestas sobre la mesa somos nosotros.