Hazte premium Hazte premium

Inés Arrimadas se lanza a resucitar el centro sin condenar el veto a Pedro Sánchez

Hace autocrítica por primera vez y afronta el desafío de reflotar Ciudadanos tras el batacazo electoral

Villegas ejerció de Rivera en la reunión de la dirección interina de Cs Europa Press
Juan Casillas Bayo

Esta funcionalidad es sólo para registrados

«Abrumada», Inés Arrimadas atendió ayer el clamor interno en su partido y dio un paso al frente para reclamar los focos que evitó durante una semana tras la dimisión de Albert Rivera . El adiós del único presidente que ha tenido hasta la fecha Ciudadanos (Cs) desvió hacia ella todas las miradas.

La futura candidata a liderar Cs optó por una entrevista en televisión, en Antena 3, para postularse a liderar la formación liberal. «Estoy aquí, fuerte, pero voy a respetar los plazos» , reivindicó, para después añadir que ante una situación difícil siempre ha dado «un paso adelante»: «Voy a ser valiente».

Sus primeras palabras fueron de reconocimiento a la «dignidad y responsabilidad» de Rivera , quien, dijo, hizo lo que evitaron Pedro Sánchez tras encadenar los dos peores resultados históricos del PSOE y Pablo Casado después de caer 71 escaños el 28-A.

Arrimadas supo hacer la autocrítica que le faltó a Rivera, aunque pecó de continuismo al defender de forma cerrada el «no es no» a Sánchez antes del 10-N. « Nos hemos equivocado probablemente de estrategia , aunque el precio pagado quizás es demasiado alto (...) Parece que hemos matado a Kennedy».

La diputada por Barcelona, que desveló que será presidenta-portavoz del grupo parlamentario de Cs la próxima legislatura, asumió que no supieron explicar «la solución de desbloqueo». «Hemos hecho una cosa que no se puede hacer: desorientar a tu votante», apuntó en una crítica a la campaña de Cs, dirigida por José Manuel Villegas con Fernando de Páramo como hombre fuerte en la comunicación.

El tono hacia Sánchez, sin embargo, no varió respecto al empleado por Rivera. Arrimadas alegó que tampoco supieron reflejar que el PSOE nunca quiso un pacto con «otro partido que no fuera Podemos», y que quería «una rendición» de Cs con la amenaza implícita de que una segunda convocatoria electoral le podía pasar factura.

«Su Rasputín –afirmó con sorna en alusión a Iván Redondo – le dijo vete a segundas elecciones». Es cierto que el PSOE no buscó nunca una oferta a Cs, pero los liberales tampoco alzaron la voz para explicitar que los socialistas no tenían voluntad de negociar.

En su línea ahondó Villegas, el secretario general en funciones de Cs, que se limitó a decir que algo fue «mal» cuando pasaron de 57 a diez escaños , pero que era «incapaz» de llegar a la conclusión de que debieron investir a Sánchez, como sí admitió Juan Marín .

En respuesta a Francisco Igea y a Ignacio Prendes , que han abogado por un partido menos jerarquizado y sin «hiperliderazgo», Villegas les recordó que la Asamblea de marzo servirá para «contraponer equipos y modelos de partido». «No quiero animar ni desanimar a nadie a presentarse», aclaró, y tampoco parece esa la intención de los críticos. Nadie cuestiona, a día de hoy, que Arrimadas debe encabezar Cs. Y ella, se marca ya un objetivo: «Levantar este partido y que el centro político se vuelva a escuchar con fuerza».

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación