Indiferencia de Biden y nervios de Sánchez: el lenguaje no verbal del paseo entre los presidentes
Expertos en comunicación gestual consultados por ABC analizan las conductas de los dirigentes de España y Estados Unidos
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Iniciar sesiónIndiferencia y desinterés por un lado; nerviosismo e insistencia, por el otro. Estas son algunas de las conductas y situaciones que los expertos en comunicación no verbal reconocen en el brevísimo encuentro entre Joe Biden y Pedro Sánchez en la Cumbre de la OTAN, de ... apenas medio minuto y sin ningún feedback. Así, la frialdad y la distancia han marcado el comportamiento del presidente de Estados Unidos, mientras que el deseo por captar la atención de su interlocutor resume la actuación de Sánchez.
Los expertos consultados por ABC coinciden en el «desinterés» como uno de los rasgos más significativos de Biden en el escueto paseo. Cristian Salomoni, director del Instituto Internacional de Análisis de la Conducta (IIAC), destaca que el dirigente estadounidense apenas repara en Sánchez. «Biden va recto, no le mira en casi ningún momento, no le presta atención y solo le mira cuando se va . No digo que le esté echando, pero es el único momento en que le presta atención», valora Salomoni, aunque cataloga como una «nota positiva» el hecho de que el presidente español haya logrado hablar durante un instante –aunque muy breve– con Biden.
José Luis Martín Ovejero, experto en comunicación no verbal, comparte esta consideración y divide en cuatro puntos fundamentales el análisis de la reunión. Reconoce «cierta indiferencia», habida cuenta de que Joe Biden no hace ningún gesto. «Ni siquiera asiente, que es algo muy humano, un rasgo propio de que estamos prestando atención», explica a este periódico; y añade: «No hay ningún gesto de reciprocidad, Biden va con paso firme y mirando al frente; parece que simplemente escucha».
Martín Ovejero destaca que Pedro Sánchez es quien acapara todo el interés en la conversación, limitada a lo que duró el paseo. «Es el único que gesticula con las manos, quien mira a la cara a la otra persona y se dirige corporalmente. Solo se atisba interés por su parte», detalla. Salomoni, en la misma línea, ve que Sánchez busca a «toda costa» mantener el encuentro. «Al final entendemos que una persona nos presta atención cuando el eje corporal está dirigido a nosotros, cuando nos mira, cuando hay algún contacto, como tocar en el hombro. Pero no hay ninguna comunicación, es como si Sánchez le hubiese abordado », añade.
El director del IACC, además, destaca otras escenas más allá del paseo, cuando varios presidentes participantes en la Cumbre se han reunido en pequeños corrillos. «Cuando están Pedro Sánchez, Joe Biden o Justin Trudeau, el presidente de Estados Unidos solo mira al de Canadá, pero a Sánchez no le hace caso», indica.
Esta, sin embargo, no es la misma visión de Daniel Rodríguez, director adjunto del Instituto de Comunicación Empresarial, menos crítica. Rodríguez destaca la atención con la que el jefe del Ejecutivo español mira a su homólogo norteamericano durante el encuentro. No obstante, sí atisba elementos a señalar en la despedida que rompen con los anterior. «Estando ambos presidentes en una posición paralela, cuando se separan, Sánchez se adelanta y cruza por delante de Joe Biden , que tiene que reducir su velocidad al caminar para facilitar que pase», arguye.
Nerviosismo
El tercer punto a tener en cuenta por Martín Ovejero son los signos de nerviosismo por parte del presidente del Gobierno español en todo momento. Tal y como se aprecia en el vídeo , Pedro Sánchez se toca la mascarilla hasta cuatro veces en menos de un minuto. «Hay mucho gesto manipulador de necesidad o nerviosismo en tan breve espacio de tiempo», considera.
Este experto en comunicación no verbal también destaca la despedida como el único instante en el que se interrumpe la indiferencia de Biden. En este momento, el presidente de Estados Unidos sí repara mínimamente en su interlocutor y le da un pequeño toque en la espalda, por primera vez mirando a Sánchez. «Es el único gesto que he visto a Biden, para despedirse, como indicándole que ya se tienen que separar», concluye Martín Ovejero. «Llama la atención que ambos mandatarios no se despidan con ningún gesto cuando se separan para dirigirse a puertas diferentes de entrada», añade al respecto el director adjunto del Instituto de Comunicación Empresarial.
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