El independentismo exaltado planea el «bloqueo» de Cataluña tras la sentencia

El nuevo instrumento se llama Tsunami Democràtic, una plataforma cuya única proyección pública es una página web registrada en un paraíso fiscal y cuentas en Twitter, Telegram e Instagram. El invento nació de forma repentina pero recabó de inmediato la bendición de los partidos y las entidades independentistas que, conocedoras de la iniciativa, celebraron su creación desde el minuto cero. Tsunami se perfila así como una suerte de marca blanca de los autollamados Comités de Defensa de la República (CDR), cuya imagen está quemada, entre otras razones, por su posible vinculación con el terrorismo. Nueve de sus miembros están acusados de preparar actos violentos y siete de ellos permanencen en prisión preventiva. Tsunami tiene líderes pero no son visibles y mantiene una gran capilaridad territorial.

Hasta este momento, y a modo de ensayo, Tsunami Democràtic es la responsable de las ocupaciones consecutivas de varias oficinas bancarias en las última semanas acusando a las entidades de ser «cómplices» y de «financiar la represión» . Fuentes próximas a este movimiento reconocen que fueron ensayos de los mecanismos de comunicación y coordinación de cara a la respuesta «inmediata» que se prepara para la sentencia del 1-O.

La campaña de movilizaciones que están preparando pretende ser sostenida en el tiempo y no solo puntual de respuesta a la sentencia. «La respuesta que se ha organizado pretende generar una situación de crisis generalizada en el Estado español que se prolongará en el tiempo. No podrán parar la fuerza de la gente», señalaron. Según informó el diario «Ara» citando fuentes de la organización, el plan pasa por realizar bloqueos puntuales de las principales infraestructuras hasta el mes de enero.

El punto de partida tendrá su lanzamiento con la primera acción de respuesta a la sentencia del «procés». «Cuando salga la sentencia deberás dejar lo que estés haciendo. La respuesta que se está preparando requiere una reacción inmediata pero no será solo una acción concreta de un día», señala la entidad. La petición de «llevar provisiones» ya indica que se trataría, según se ha filtrado, de la ocupación de manera indefinida de una gran vía de comunicación. A su vez, la periodista Pilar Rahola, convertida en portavoz oficiosa de este grupo, recomendó en TV3 hacerse con sillas plegables y un transistor para mantener los canales de comunicación sorteando una probable inhibición de las señales por parte de la Policía. La convocatoria entronca con otras movilizaciones del secesionismo, fracasadas, como las acampadas «indefinidas» en el parque de la Ciudadela (sede del Parlamento catalán) o plaza San Jaime, siguiendo el modelo del movimiento Euromaidán ucraniano.

El papel central que tendrá Tsunami en la ejecución de la respuesta a la sentencia en las calles deja a un lado a los CDR. ABC estuvo presente en uno de los encuentros de este colectivo en los que se pudo constatar la desorientación con la que encaran la futura sentencia. En estos momentos su plan se centrará en ceder el protagonismo a Tsunami mientras cada grupo -autónomo- actúa casi por libre desde su barrio, pueblo o comarca.

Asimismo, estos órganos se sumarán a las marchas que la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural han convocado para el primer miércoles tras conocer la sentencia del Supremo. Saldrán desde cinco poblaciones para confluir el viernes en Barcelona. El objetivo es bloquear Cataluña. Es probable que Tsunami aproveche esta convocatoria como herramienta de sus primeras acciones.

En este contexto, la organización Tsunami Democràtic aparece como una suerte de blanqueador del independentismo más radicalizado, si bien las acciones previstas, básicamente el intento de colapso o bloqueo de las vías de comunicación catalanas, son claramente de inspiración CDR.

Fuentes de la cúpula de los Mossos d’Esquadra consultadas precisan a este diario que se prevén dos o tres días tensos tras la sentencia, pero en ningún caso una movilización desbordante como a la que aspira el secesionismo exaltado.