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Iglesias y Sánchez compiten por liderar el malestar pensionista

Miles de personas se manifiestan en toda España reclamando una subida conforme al IPC

Víctor Ruiz de Almirón

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Las pensiones son muy importantes y Rajoy las pone en peligro. Desde esa sencilla construcción los partidos de izquierdas han encontrado un nuevo elemento de confrontación con el Gobierno, pero también de competición en ese espacio ideológico. Las pensiones son muy importantes, sí, pero no tanto como para que el PSOE y Podemos se movilicen juntos.

Decenas de miles de personas se manifestaron por toda España para protestar por la revalorización de solo un 0,25% de las pensiones. El anuncio del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de que incluirá en su proyecto de Presupuestos una subida mayor para las pensiones mínimas y de viudedad no ha apaciguado los ánimos. Convocadas por diversas organizaciones y colectivos sociales, más de un centenar de manifestaciones inundaron ayer las calles de toda España reclamando «unas pensiones dignas».

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se manifestaron ayer en Madrid para reclamar al Gobierno que dé marcha atrás en la reforma del sistema de pensiones que implantó en 2013 y también en las modificaciones del mercado laboral implantadas desde 2012. Pero lo hicieron por separado, dejando buena cuenta de hasta que punto está enterrada esa relación de «socios preferentes».

El líder del PSOE acudió por la mañana a la manifestación en la que participaban los sindicatos tradicionales, UGT y CC.OO. Por su parte, el líder de Podemos lo hacía por la tarde en la movilización convocada por la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones, con el apoyo de otras organizaciones como la CGT.

Lamento sindical

De la división reivindicativa alertaban en un comunicado en el que aseguraban que habían intentado «sin éxito» conseguir la confluencia de ambas manifestaciones.

Las centrales sindicales destacaron que «la unidad y la convergencia» para defender el sistema público de pensiones «debe anteponerse a estrategias instrumentales, sectarias, y disputas de protagonismos incomprensibles». PSOE y Podemos no eran organizadores, pero cada uno eligió un bando en ese choque entre convocantes.

A Sánchez, que no atraviesa la mejor de las semanas, no le acompañó ni el clima. Mucho frío, lluvia y amago de nevada en Madrid acompañaron la marcha en la que hubo una masiva afluencia de la dirección socialista, que suspendió las actividades en su Escuela de Gobierno para dar respaldo a la manifestación. El líder socialista acusó al Gobierno por «tratar de privatizar» las ganancias de la recuperación económica. En un alegato muy contundente, Sánchez apuntó a Rajoy por haber «abandonado» a los pensionistas subiendo solo un 0,25% las pensiones, defendiendo que los pensionistas son quienes «construyeron» España y que este Gobierno está «destruyendo» sus pensiones.

Mismas recetas

Pablo Iglesias participó en la manifestación de la tarde queriendo ocupar un segundo plano y sin hacer declaraciones. En su cuenta de Twitter escribió que «es un orgullo caminar junto a la generación que nos trajo la democracia». Por la mañana, el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, denunció que el Gobierno está «manipulando» a los pensionistas al decir que «no hay dinero» para subir las pensiones: «La gente está harta de que la engañen».

No compartieron movilización, pero comparten receta en esta materia. Ambos partidos piden ligar la revalorización conforme al IPC, exigen derogar la reforma laboral y una subida de salarios. Los dos promueven costear las pensiones desde los Presupuestos Generales del Estado y no solo desde las arcas de la Seguridad Social. Y también comparten propuesta estrella: la creación de un impuesto a la banca para sufragar las pensiones.

PSOE y Podemos se han lanzado a una carrera por sacar el debate político del conflicto en Cataluña, visto los pocos réditos que le aporta a unos y otros. Ambos quieren centrar sus esfuerzos en el discurso socioeconómico y, ante la evidencia de la recuperación económica, en la denuncia de las desigualdades. En este sentido, y ante las pocas posibilidades de lograr avances reales en el Parlamento, ambas formaciones han colocado la movilización social como prioridad de sus estrategias políticas en este año preelectoral. Pero con una particularidad, y es que las marchas de los pensionistas o la movilización de las mujeres del pasado 8 de marzo superaron las estructuras de PSOE y Podemos, que simplemente se sumaron a ellas.

En el ánimo de recuperar el perfil contestatario con el que ganó las primarias, diluido con su apoyo al Gobierno en la crisis catalana, Sánchez se ha echado a la calle. Pero es ese, precisamente, el espacio en el que Podemos, que en Ferraz consideraban amortizado por su posición en Cataluña, mejor se desenvuelve. Dentro de la oposición a Rajoy sigue fraguándose una batalla por liderar la izquierda que todavía no ha terminado.

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