El Hierro, la isla de las pateras fantasmas

Miles de inmigrantes pierden la vida en aguas de Canarias cada año, engullidos por las fuertes mareas. En 2020, según ONG, la cifra alcanzó un total de 1.851 personas

Un cayuco destrozado en las costas de El Hierro EFE

Laura Bautista

La isla de El Hierro no es solo un lugar atravesado por el meridiano de Ptolomeo, también al suroeste de su litoral se dibuja esa línea invisible y mortífera en la que las pateras se pierden para siempre. Las mareas, los vientos, el trayecto pautado ... y la voracidad del Atlántico hace que en El Hierro sea el último punto al que agarrarse antes de desaparecer en la isla de las pateras fantasma.

El punto más occidental de España, el faro de La Orchilla, en el municipio de El Pinar, es donde se avista por última vez el sueño de decenas de migrantes de llegar a la esperada ‘Gran España’ para perderse entre las olas.

Cuando el SAR recibe un aviso de avistamiento de patera desde esta zona, se teme lo peor. No es un secreto que en esta región del Atlántico las vidas se esfuman tras días a la deriva , en embarcaciones donde conviven escasos supervivientes con compañeros de travesía que no tuvieron tanta suerte.

Así ocurrió el pasado mes de abril, cuando tres supervivientes, dos hombres y una mujer, lograron escapar de la tragedia que persigue a la isla más occidental de Canarias. Los tres supervivientes viajaban con 24 muertos , no tenían fuerzas ni para lanzarlos por la borda, aseguraron. Entre los fallecidos había dos niños. Nueve de ellos han sido enterrados en Tenerife, sin nombre, mientras 32 familias continúan buscando a sus familiares en esta tragedia.

Se sumaron a una desgracia reciente, ya que apenas unas semanas antes había sido localizado un cayuco con 23 ocupantes subsaharianos, cuatro de ellos fallecidos. Echando la vista atrás, esta delgada línea entre lo localizable y la vida perdida al sur de El Hierro se ha cobrado decenas de vidas desde 2006. La mayoría de los fallecidos fueron lanzados al mar por los supervivientes, a medida que la tragedia se iba apoderando de la patera que ocupaban, por respeto y por supervivencia.

La patrona de El Hierro, la Virgen de los Reyes, vela muchos muertos. Los profesionales del mar, pescadores y patrones de mercantes, suelen convertirse en ángeles de la guarda en esta situación, tal y como relata Antonio García (nombre ficticio), que ha preferido mantener el anonimato. En las pateras que se encuentran en su zona de faenada «los ocupantes suelen llegar en muy malas condiciones, o en tragedia», y es que desde la primera crisis de los cayucos de 2006 «nos hemos habituado a encontrar embarcaciones en las que la cosa está muy complicada».

Preparación psicológica

Para él, lo peor no son los muertos que pueda llevar dentro la patera, sino los vivos, desesperados. «En los cayucos van niños y niñas, madres y bebés de meses, o pequeños de 3 o 4 años, que te miran sabiendo que eres su esperanza»; muchas veces «en mal estado y con la edad de tus hijos», rememora: «Es muy duro» . Hay que estar «fuerte psicológicamente» para enfrentarse a una crisis de pateras si se faena en El Hierro. «Hay compañeros que realmente lo pasan muy mal». Ellos, los que salen con sus barcos cada día, dan avisos cada vez que ven una embarcación de este tipo, sabiendo que lo más probable es que viaje con ellos la desgracia.

Asistencia a inmigrantes rescatados en la isla de El Hierro

El Hierro es la isla más al sur si el punto de partida es Mauritania o más al sur de África. Desde allí y para evitar el control costero se separan unas 15-20 millas del litoral de África y a una velocidad de 8 o 10 nudos en 4 o 5 días están en Canarias. Sobre el mapa, la isla más cercana es El Hierro aunque «los patrones no buscan llegar a este lugar, enfilan rumbo a Tenerife porque el Teide les sirve de guía ». El Hierro es solo a donde vienen a parar. Un mínimo desvío o si se quedan sin combustible o tienen fallo en el motor; «con poco que les pase terminan aquí», explica Antonio García,.

Las corrientes y el viento que predomina en esta zona les lleva a Cabo Verde y dirección al Caribe, pero antes de eso están las entrañas del Atlántico a las que sobrevivir. Si se les paran los motores, aunque suelen traer dos, uno de repuesto, se quedan sin combustible y la patera enfila rumbo oeste hacia América. «Cuando llegan aquí están perdidos», añade.

«Si te pierdes en El Hierro, desapareces», lamenta García,. Al sur y oeste hay pescadores de las islas, el avión hace búsquedas cuando tiene algún aviso pero incluso cerca de la costa, a apenas 50 millas, «pueden pasar hasta 4 días sin que te cruces con un barco». Esta ruta desde el oeste «la transitan pocos, los que lo hacen van pegados a la costa de las islas o del continente», no es zona de pesca habitual. A 150 millas, la línea de la esperanza ya se esfuma, «a no ser que pase un mercante o barco de pesca, que se desvíe porque encuentra un poco de atún más lejos»; la posibilidad de rescate «se convierte en un milagro». Aunque a veces pasa.

Pateras perdidas

Un día de calma en El Hierro, hace algunos meses, localizaron un cayuco envuelto en la desesperación. Cuatro de los ocupantes de una patera, en la que viajaban 170 personas, se lanzaron a remar. «Con bidones y maderas de la embarcación se hicieron una especie de barquito, remaban para tratar de alcanzar El Hierro, desesperados», añade García. Se habían quedado sin combustible, agua y víveres hacía días. «Vimos ese barquito y dimos el aviso, a tres millas localizaron la patera con el resto de ocupantes». Un día más «y ese cayuco desaparece», afirma. En cuestión de horas se lo traga la inmensidad del mar.

Omar partió desde Marruecos en patera el pasado 18 de mayo y nada se sabe de él. Su hermana quiere seguir buscándolo, en albergues y centros de acogida de inmigrantes en las islas, aunque teme no volver a verle más. En esta embarcación también viajaba un bebé, y aunque se sospecha que se hayan perdido para siempre en el mar, aún hay confianza de encontrarlos con vida. Ella sigue rezando por localizar a su hermano en algún punto del horizonte. Omar, tras días de viaje y semanas sin dar noticias, pasa a engrosar la lista de desaparecidos de la Ruta Canaria, la más mortal de Europa.

En 2020 se localizaron 850 muertos en este recorrido, lo que significa que de 27 inmigrantes que lo logra, uno muere o desaparece en el mar. La ONG ‘Caminando Fronteras’ sabe que este número es mucho mayor. Desde esta entidad hablan del doble de personas muertas, 1.851, una cifra terrible que coincide con las estimaciones de Cruz Roja, que marca el número de fallecidos entre un 5 y un 8%, de 1.151 a 1.841. En 2021 se sabe que han perdido la vida intentando llegar a Canarias en patera 87 personas, de las cuales solo se han recuperado 54 cuerpos.

El vicepresidente de la Moroccan Association for Human Rights (AMDH), Omar Naji, asegura a ABC que « no hay cifras exactas de las desapariciones en el mar de camino a las islas Canarias», pero basándose en las entrevistas con las familias, el número podría superar los 200, tan solo contando con aquellos que partieron desde el sur de Marruecos hasta el archipiélago.

Se recibieron cerca de 40 cadáveres en los hospitales de El Aaiún y Dajla, rememora, todos de personas recuperadas en el mar de camino a la frontera sur de Europa. «A esto hay que añadir los desaparecidos en el camino desde el norte de Mauritania a Canarias, que también son unas cuantas decenas», advierte Naji. Las familias se ponen en contacto con él y su organización para tratar de localizar a sus cercanos y siguen buscando a sus familiares a un lado y otro de la frontera.

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