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El heredero de «cabeza de cerdo» había reclutado ya a un centenar de prostitutas

«Becu», que operaba a las mujeres y les cobraba por usar la calle, ganaba hasta 8.000 euros al día con las chicas

Ioan Clamparu, «Cabeza de cerdo», fue condenado en 2012 a 30 años de cárcel por inducción a la prostitución Efe

CRUZ MORCILLO / PABLO MUÑOZ

Marian Tudorache, alias Becu, no daba crédito cuando vio el chaleco de la Policía española que vestían cuatro agentes. Estaban en Targoviste, Rumania, intercambiando comentarios con sus colegas rumanos mientras él, que había sobrevivido a una cruenta guerra entre capos librada en los polígonos ... de Madrid, se miraba incrédulo las esposas. Se creía intocable, a salvo en su país desde donde dirigía la mayor organización criminal de esa nacionalidad dedicada a la prostitución, con decenas de esclavas sexuales a sus órdenes en España y otros países. Su jefe, el escurridizo y violento Ioan Clamparu, «Cabeza de cerdo», que marcaba a las mujeres como ganado, había caído (el Tribunal Supremo le condenó a 30 años de prisión), pero él nunca sospechó que seguiría el mismo camino tras recomponer el imperio.

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