La suma de los dos partidos habría convertido a la coalición en las autonómicas de 2017 en la primera fuerza política del Parlament . Ciudadanos ganó las elecciones aquel año e Inés Arrimadas consiguió imponerse en las urnas con más de un millón de votos, que se tradujeron en 36 diputados (creciendo respecto a los 25 obtenidos en 2015). El PP , por su parte, consiguió un resultado discreto con 4 asientos (frente a los 11 que ganaron en las de 2015).
Por separado, suman 40. Y en una coalición que uniese los 1.295.402 votos de los ciudadanos que optaron por alguna de sus papeletas se hubieran traducido en 41 escaños en el Parlament.
Baile de los secesionistas, y subida del PSC
Una cifra alejada de la mayoría absoluta del Parlament en un escenario que, sin embargo, también habría afectado al resto de partidos . En este escenario, JpCat hubiera obtenido 30 escaños (frente a los 34 que ostenta). ERC, 29 y perdería tres asientos (hoy tiene 32). En el otro extremo se situarían el PSC, la CUP y En Comú Podem, que habrían tenido un mejor resultado.
Los socialistas habrían conseguido 19 escaños en vez de 17. La CUP , 6 frente a los 4 que sumó en 2017 y, por último, los comunes sumarían 10 en vez de 8.
Continuarían sin tener representación las mismas formaciones que no están en la actualidad en el Parlament (Pacma, Recortes Cero-Grupo Verde, Por Un Mundo Más Justo y Diàleg (C. Retirada)).
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