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La Guardia Civil: «Supimos a los 4 días que era el asesino de Pioz»

Niegan que el acusado colaborara: dio su pin del móvil pero lo había reseteado y mintió

El asesino de Pioz, Patrick Nogueira, sentado durante el primer día de su jucio en la Audiencia Provincial de Guadalajara EFE
Cruz Morcillo

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La veintena de guardias civiles de distintas unidades que declararon ayer no allanaron el camino a la defensa de Patrick Nogueira, acusado de los cuatro asesinatos de Pioz ; más bien lo contrario. El teléfono que les proporcionó Nogueira cuando volvió de Brasil para entregarse, acorralado por los indicios , estaba «totalmente reseteado» o borrado previamente. Les dio el pin pero tuvieron que recuperar la información con sus medios tecnológicos. Un argumento que casa mal con la colaboración que sostiene su abogada y que esgrime como atenuante.

«Si hubiese permanecido dos días más en España lo habríamos detenido», aseguró uno de los agentes. De hecho, dos de ellos coincidieron en que a los cuatro días de aparecer los cadáveres en el chalé, es decir, el 21 de septiembre, ya sabían que él era el autor, informa Efe.

«Tuvimos conocimiento de Patrick cuando compañeros de trabajo de Marcos hablaron de él». Esos compañeros estaban alarmados porque él tampoco respondía a las llamadas. El día 17 de agosto su sobrino acabó con su vida cuando Marcos volvía del primer día de trabajo en su nuevo empleo como churrasquero. Su sobrino se llevó su teléfono y escribió al dueño del chalé alquilado haciéndose pasar por Marcos para prolongar la mentira.

Los investigadores descubrieron que ese día 21 de septiembre, Patrick Nogueira ya había abandonado España con destino a Brasil tras publicarse que los cuerpos de la familia Campos Santos habían aparecido.

Búsquedas en Internet antes

Otro de los guardias relató a la Sala, en la tercera jornada de juicio que se sigue en la Audiencia de Guadalajara, que con los datos que lograron recuperar de su teléfono averiguaron que Patrick hizo búsquedas en Internet tales como «crimen de Pioz» o «brasileños muertos en España», lo que demostró que sabía de los hechos cuando ni siquiera se buscaba a las cuatro víctimas : su tío Marcos, su tía Janaina y los pequeños María Carolina, de cuatro años, y David, de uno y medio.

Las declaraciones de agentes de Policía Judicial y Criminalística, unos como testigos y otros como peritos, dibujaron una investigación impecable. Explicaron los indicios que fueron acumulando contra Patrick Nogueira en cuanto supieron de su existencia. El joven acudía todos los días al gimnasio en Alcalá de Henares, pero los días de los hechos no apareció. El rastreo de su abono transport e indicó que el acusado viajó de Alcalá de Henares a Pioz el 17 de agosto y regresó a la mañana siguiente haciendo el trayecto inverso. El repetidor de telefonía confirmó que uno de los teléfonos de Patrick estuvo conectando en Pioz esa noche y esa mañana. Y allí encontraron su ADN , en el lugar del crimen, lo que resultó definitivo.

En tres bolsas cada resto

Desde ese lugar envió las macabras fotografías y «terroríficos» mensajes de la carnicería que perpetró a su amigo brasileño, Marvin Henriques, aunque él contó a la Guardia Civil que había conectado con su hermana. A esta hermana, Hanna, su principal valedora, también se refirió uno de los investigadores. La mujer viajó con un abogado desde Brasil para saber qué tenían contra Patrick. «Vinieron a ver si el procedimiento en España estaba desde su punto de vista bajo el paraguas de los derechos humanos».

Fue la familia de Patrick, ante las evidencias que conocieron, la que le forzó a que se entregara , si bien él envió un mensaje a una medio novia o medio amiga, llamada Esther, en el que le decía que quería venir a una cárcel española porque aquí le considerarían esquizofrénico y saldría a los 20 años y con una carrera hecha.

Las declaraciones más duras de la jornada fueron las de los agentes que describieron el estado de los cuerpos, momento que se ha celebrado a puerta cerrada para mostrar imágenes sensibles. «Los cadáveres de las personas adultas estaban cortados en su totalidad a la altura de la cintura. La parte superior de los adultos, en bolsas metidas, tres bolsas en cada fragmento de cuerpo, y encintadas con cinta americana (...) Los menores no estaban desmembrados, y el niño más pequeño estaba en tres bolsas también y la menor, quiero recordar, que había una bolsa más o dos bolsas más, estaba en cuatro o cinco bolsas (...)», relató con todo detalle uno de ellos.

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