La Guardia Civil alertó al FBI de la inminente huida del yate de un oligarca ruso en Palma
Seis agentes estadounidenses viajaron hasta la isla; hay dos empresas españolas involucradas
Víktor Vekselberg, el oligarca íntimo de Putin perseguido hasta Mallorca por el FBI
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Fue la Guardia Civil la que alertó el 13 de marzo al FBI de que el yate de 90 millones del oligarca ruso Viktor Vekselberg , amarrado en el astillero de Palma de Mallorca, iba a abandonar aguas españolas de forma inminente, gracias al testimonio ... de un testigo no identificado. Inmediatamente, ambos cuerpos policiales colaboraron para poder incautarse de ese yate, cuyo dueño está sometido a dos rondas de sanciones distintas relacionadas con las agresiones a Ucrania de 2014 y 2022 . Con esa información, la agente especial Cindy Burnham, especializada en sanciones económicas, pidió el 25 de marzo al juez Zia Faurqui, del distrito de Columbia, que autorizara la incautación. Y en los últimos días llegaron hasta la isla seis agentes estadounidenses para proceder a la intervención del activo. Dos de ellos, del FBI, viajaron desde Estados Unidos, lo que evidencia la importancia del oligarca y del yate para la agencia.
Es más , gracias a la colaboración de la Guardia Civil, el FBI tiene acceso a documentos y testigos que identifican a dos empresas radicadas en España como parte de un complejo entramado para alzar bienes y ocultar que el oligarca Vekselberg, amigo de Vladímir Putin, es el verdadero dueño del yate incautado. Según la agente Burnham, «hay causas para creer que Vekselberg ha sido dueño del Tango desde 2011 y durante todo el tiempo que ha sido sancionado por el departamento del Tesoro, y que Vekselberg ha tenido interés en hacer transacciones en dólares para beneficio del Tango». El delito que se le atribuye al oligarca es conspiración para cometer fraude bancario y lavado de dinero con el objetivo de alzar bienes, en este caso el yate en cuestión, dando información falsa a bancos de EE.UU. para enviar dinero a quienes lo gestionan y mantienen.
Según la declaración jurada de la agente Burnham, el yate tiene bandera de las islas Cook, consideradas paraíso fiscal. El propietario oficial es una empresa llamada Arinter Management, con sede en las Islas Vírgenes, pero quien lo gestiona es una compañía española, de nombre Master Yachts Safety S.L. El director de esta es un ciudadano británico, Adrian Berry, quien a su vez tiene poderes para administrar y gestionar el barco. El FBI dispone de pruebas de que Vekselberg hizo pagos a Arinter y sus gerentes , lo que indica a que él es el propietario real del buque de lujo.
Según dice la agente en su declaración jurada ante el juez, otra empresa española, cuyo nombre no revela, recibió pagos de Master Yachts para prestar servicios a bordo del Tango. Cuando Master Yachts hace pagos, normalmente incluye el nombre del yate en sus transferencias, pero en el caso del Tango nunca lo nombraba específicamente, lo que para la funcionaria apunta a que quería ocultar la identidad del destinatario de esos montos. Una de esas transferencias se hizo por medio de un banco en Nueva York, y eso constituye un delito al estar Vekselberg sancionado, y permite actuar al FBI y pedir la cooperación de las autoridades españolas.
Un testigo anónimo que, según la agente del FBI, es gerente en una empresa «que dio servicios al Tango en su fase de diseño y construcción», ofreció abundantes pruebas de que su dueño era el oligarca, quien lo controlaba por medio de diversas empresas pantalla. Otro testigo que trabajaba en la misma empresa dijo que se reunió de hecho con Vekselberg y su mujer para recibir indicaciones de estos durante la construcción del yate. Tras recibir la información de las autoridades españolas de que el Tango se disponía a zarpar, la agente especial Burnham alertó al juez por escrito de que «Vekselberg podía estar haciendo planes para que el Tango abandonara España para eludir los esfuerzos de EE.UU. para incautarse del barco».
Los agentes americanos y el Servicio de Información de la Guardia Civil tras intervenirlo han verificado que, de momento, no puede zarpar porque está en labores de mantenimiento. El FBI quiere trasladarlo ya a su país, pero dados los trabajos pendientes tendrán que esperar hasta octubre.
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