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El Gobierno prepara el escenario de un verano sin turismo exterior por el coronavirus

Varias fuentes del Ejecutivo reconocen a ABC que estudian impedir la llegada de turistas extranjeros

Se contemplan restricciones en el transporte y control de aforos incluso en el ámbito del turismo nacional

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Érika Montañés

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El Gobierno trabaja ya con un plan que contempla un verano sin turismo exterior, con las fronteras cerradas en ese caso. Pero también con medidas en la restricción de la movilidad nacional, el uso de mascarillas en el transporte público y el mantenimiento de las distancias recomendadas por las autoridades sanitarias. En dicho escenario la medida de mayor impacto para la economía nacional sería la que se pone negro sobre blanco: cierre de fronteras (total o parcial), lo que supondría que no entrase el potente flujo de turismo internacional y en su lugar el fomento del turismo nacional durante todo el verano como alternativa vacacional.

Una medida de doble dirección, tanto para las entradas como para las salidas. Es decir, que los españoles se hagan a la idea de que en el periodo estival, nadie saldrá del territorio nacional, a menos que un certificado de salud específico lo recomiende. Esta medida estaría sujeta, cómo no, a esta y otras excepciones, tal y como se han ido contemplado en cada cambio de fase decretada por el Gobierno, incluyendo el estado de alarma que se declaró el pasado 14 de marzo y en las sucesivas prórrogas.

El Gobierno llamará a este nuevo escenario «la vuelta a la normalidad», un mensaje que vienen deslizando primeros espadas del Gobierno. Pero esa «vuelta a lo normal» que podría producirse desde el día 26 de abril en ciertos trabajos «no esenciales», no será normal en toda su dimensión si, tal y como ha podido saber ABC, los viajes dentro del país seguirán siendo limitados. En el transporte público, viajes de tren y autocares, las medidas sanitarias serán muy restrictivas: el 30% del pasaje no se venderá, y si se amplía este porcentaje, será siempre atendiendo a la capacidad de los convoyes y vehículos escogidos. Por poner un ejemplo: en un vagón podrá viajar un matrimonio y sus hijos, respetando el metro y medio de distanciamiento dictado.

Por supuesto la idea es la reducción de aglomeraciones tanto en eventos como en determinados espacios. ¿Y en verano podrán ir a la playa? No se ha cerrado este extremo, pero la limitación del aforo en los arenales es una de las medidas que los expertos epidemiológicos y científicos habrían aconsejado y el Gobierno debe estudiar. Pero será muy difícil ver las imágenes de todos los años de los turistas disputándose la primera línea de playa ni esas playas abarrotadas.

Entre los planes del Ejecutivo se encontraría también el refuerzo al turismo nacional, que abarcaría desde ayudas al turismo rural para potenciar esta forma de «quedarse en casa» , en alusión al mapa nacional, y también el refuerzo de medidas de transporte que conllevase que los ciudadanos no tuvieran que desplazarse siempre en sus vehículos privados, sino que pudiesen llegar a una casa rural del interior, por ejemplo, si es su destino escogido, en una línea de tren o autocar regular y sin peligro de contagio.

Potenciar el turismo nacional

Este plan que ya se ha puesto en la mesa del Ministerio de Transportes, José Luis Ábalos, tendría un objetivo: conseguir que durante los meses estivales no se adopten riesgos innecesarios que provocasen una «segunda ola epidemiológica» a partir de septiembre, como prevén los especialistas de la salud pública.

Ayer, la ministra de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto, reconoció en una rueda de prensa que se está trabajando en varios escenarios para recuperar de forma «progresiva» el sector turístico , que aporta el 12% del PIB total de España y el 13% del empleo. En este contexto, Maroto reconoció que será el turismo nacional el que «se recuperará primero», aunque no quiso especificar si los viajes internacionales contarán con restricciones este verano.

El Ministerio ya está trabajando en una campaña para potenciar el turismo interior y reforzar determinadas infraestructuras públicas, como los Paradores. La obsesión del Gobierno es garantizar que la temporada de verano sea «segura», tal y como reconoció ayer Maroto, aunque esto suponga alargar la crisis económica de las empresas del sector. Tanto hoteleras como aerolíneas reconocen en privado que la temporada de verano está ya prácticamente perdida por las restricciones que impondrán los gobiernos europeos al transporte aéreo. Cuando estas se levanten, o al menos se relajen, en el sector turístico dan por hecho que la demanda se resentirá por una crisis de confianza de los turistas internacionales, que se lo pensarán dos veces antes de viajar a España, uno de los focos de la pandemia en Europa.

Controlar el otoño

Estar lo mejor preparados posible para el otoño y el invierno de 2021 es ya una preocupación del Gobierno y de los expertos. Y para ese control lo que suceda en verano puede ser fundamental. Fuentes gubernamentales quieren valorar futuros escenarios con mucha prudencia. El verano será excepcional con toda seguridad, pero un miembro del Ejecutivo insiste en que «no está nada decidido».

Pero en el Gobierno ya se trabaja en todos estos escenarios, y se estudian también los análisis de desescalada de varias instituciones privadas en las que el turismo internacional no se contempla abierto hasta el otoño. Pero pese a la prudencia, varios integrantes del Consejo de Ministros avalan este escenario de un verano en clave exclusivamente nacional. «Es imposible en este momento vaticinar nada, aunque el turismo internacional yo lo veo prácticamente imposible », reconoce un integrante del Gobierno.

Otro compañero de gabinete abunda en esta idea: «El turismo internacional tardará» , dice, porque con carácter previo a la reapertura de fronteras habría que «recomponer la conectividad» y dotarse de «medios que aseguren no contagiar». España está siendo uno de los países más azotados por esta crisis. Pero a la vez otros países entran con retraso en el escenario de contagios y fallecidos. El problema está en venir a España pero también en salir de España: «Hay que recuperar la confianza de que no afecta a la salud venir a España, pero también nosotros tenemos que tener la confianza de que no nos van a traer el virus», aseguran desde el Gobierno, por lo que se asume que debe ser una cuestión que «debe enfocarse desde el ámbito internacional».

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