El Gobierno no ve grave que Naciones Unidas identifique aguas canarias como «costa marroquí»

El Gobierno admite que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación ( FAO ) ha catalogado aguas canarias como «costa marroquí». Así consta en su mapa mundial de áreas pesqueras, que incluyen divisiones y subdivisiones. Esas nomenclaturas son utilizadas para registrar y controlar la actividad pesquera a nivel internacional, al tener que ser reportadas por los barcos a través del llamado diario electrónico de a bordo.

Hace unos meses, pescadores de Lanzarote detectaron que, en el control electrónico de capturas, la zona de pesca de esas aguas canarias aparece identificada en los listados oficiales internacionales como «costa marroquí», algo que no ocurría con anterioridad. Se trata de la división marítima 34.1.1.3 del mapa oficial de la FAO.

El Gobierno de Sánchez, sin embargo, no lo considera un agravio ni algo trascendente en términos de soberanía. No solo no ve motivo para formular una queja oficial sino que ni siquiera lo critica en su respuesta parlamentaria. Afirma que «no tiene absolutamente ningún efecto sobre la soberanía de las aguas».

El Ejecutivo de PSOE y Unidas Podemos argumenta que esas áreas y divisiones marítimas definidas por la FAO «son utilizadas exclusivamente a efectos estadísticos». Dice que se trata de una delimitación de «áreas arbitrarias, cuyos límites se determinaron en su momento en consulta con los organismos internacionales de pesca en función de diversas consideraciones». Pero no da más detalles. No aclara, por ejemplo, quién pidió que esa parte de las aguas territoriales españolas pasara a ser llamada «costa marroquí», cuándo ocurrió y qué hicieron al respecto las autoridades españolas en ese proceso.

En la misma respuesta parlamentaria se subraya que esa zona que la FAO ha pasado a denominar «costa marroquí» está integrada por aguas territoriales tanto españolas como de Marruecos . El Gobierno de Sánchez insiste en que esta nomenclatura de la FAO no pone en cuestión la titularidad de las aguas territoriales. Y, como única reacción ante esta organización de Naciones Unidas, el Ejecutivo dice que le «consultará» sobre «la posible modificación futura de la nomenclatura».

La parsimonia del Ejecutivo de Sánchez en este asunto va en línea con la inhibición que también ha exhibido recientemente ante la injerencia de Marruecos en otro punto de las aguas territoriales españolas, en la zona de las islas Chafarinas , que ese país las reivindica como propias . Hace unos meses, la Administración alauí lanzó un órdago a España al arrogarse autoridad sobre esas aguas y expedir el permiso con el que una empresa marroquí instaló allí una piscifactoría . Ante ese episodio, el PP planteó al Gobierno varias preguntas parlamentarias. El Ejecutivo se las despachó en cuatro líneas, sin contestar a lo requerido y sin censurar en ningún momento a las autoridades marroquíes. Para mirar hacia otro lado, el Gobierno prefiere considerarlo como mero asunto de acuicultura . Eso le permite declararse incompetente y decir que es materia administrativa autonómica.