El Gobierno liquida todo su crédito con un «bandazo exprés» que destroza su imagen
«Este Gobierno es como un pato mareado». Las palabras de Gaspar Llamazares forman parte del desconcierto profundo en el que está sumida la oposición parlamentaria a pocas horas de que el Congreso debata, este jueves, la convalidación o derogación del decreto-ley con el ... mayor recorte social de la democracia. Bandazo tras bandazo, el Ejecutivo de Zapatero remató ayer la faena con una rectificación de calado en el decreto-ley que acababa de publicarse en el BOE el día anterior, y que borra de un plumazo la prohibición a los ayuntamientos a endeudarse a largo plazo, que provocó amenazas de dimisión de varios alcaldes. Sólo 24 horas después, el Gobierno ha decidido aplazar la medida hasta el 1 de enero de 2011.
«¿Qué circunstancias han cambiado en la vida de Zapatero en las últimas 24 horas para proceder a esta rectificación?», se preguntó la portavoz del Grupo Popular, Soraya Sáenz de Santamaría, quien ve una nueva muestra de «desbarajuste y descoordinación» dentro del Gobierno. Para el portavoz socialista, José Antonio Alonso, se trata sólo de la «corrección de un simple error», como el «deísmo» que aparecía en la primera versión del decreto-ley: «...tenía como objetivo de intentar responder...», o el sueldo del presidente del Consejo de Estado, que no es de 77.808,24 euros, sino de 77.808,96.
Los diputados socialistas ven con desánimo las horas bajas por las que están pasando el presidente Zapatero y su Gobierno. El cambio de criterio sobre la deuda de los ayuntamientos se justificó ayer en la reunión del Grupo Socialista como si fuera una fe de errores, pero entre los diputados se escucharon comentarios como éste: «¡J..., ya tenemos la rectificación en el BOE!», entre gestos de incredulidad, según fuentes parlamentarias socialistas consultadas por ABC, que admitieron que el Gobierno está cometiendo errores «y los votos se van perdiendo». No obstante, en el Grupo Socialista advierten que es el momento de cerrar filas, «por una necesidad natural de animarse dentro de la depresión». En el PSOE observan con preocupación ahora la reforma laboral.Fuentes del Grupo Socialista subrayaron que tiene que salir pactada, porque sería «un punto a favor para empezar a remontar».
Zapatero aseguró el domingo en Elche que él no da bandazos, y que lo único que cambia son las circunstancias, no él. Pero en el Congreso la desafección de todos los grupos de la oposición es general, de izquierda a derecha, lo que complica mucho la «geometría variable» a la que recurría el PSOE para aprobar, por ejemplo, los Presupuestos con unos y con otros. Mañana puede escenificarse la soledad total en la que ha acabado el PSOE, después de que Zapatero traicionara su programa de Gobierno, sus principios y su propia palabra, tras asegurar durante dos años que él jamás haría recortes sociales ni decretazos. Nadie quiere hacerse la foto del tijeretazo con el Gobierno, que tendrá mayoría suficiente para convalidar el decreto-ley gracias a las abstenciones de la oposición. «Es una cuestión de Estado», imploraba ayer Alonso.
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