El Gobierno, un mes después del acuerdo de investidura: «Pedro Sánchez era tóxico»

En estas primeras semanas desde la investidura de Mariano Rajoy y la posterior formación del Gobierno, el jefe del Ejecutivo ha insistido de manera personal en mantener buenas relaciones y vías de diálogo abiertas con su principal socio, Ciudadanos, pero también con el PSOE, y en concreto con Javier Fernández como presidente de la gestora. Rajoy mantiene una buena relación con el presidente autonómico asturiano, puede hablar con él y se muestra más que satisfecho con el cambio producido en el PSOE. Su interlocución con Sánchez era literalmente imposible , hasta el punto de que Rajoy llegó a reconocer que jamás había tenido tantos problemas para hablar con un político como los que tuvo con el ya exsecretario general del PSOE.

Rajoy ha visto que ahora se puede dialogar con el PSOE , que no le ponen un muro de entrada e incluso que es posible llegar a acuerdos importantes, como el cerrado sobre el techo de gasto y los objetivos de estabilidad presupuestaria y déficit público. El presidente reconoce que ha estado «pesado» en el diálogo con los grupos , pero ha merecido la pena porque el pacto se alcanzó, y lo considera realmente importante porque abre un horizonte de estabilidad en España.

Desde el Gobierno se confía en que el diálogo se mantenga con el PSOE en el futuro, aunque no se olvida que a mediados de año se celebrará, previsiblemente, el congreso federal socialista para elegir a su nuevo líder. Confía en que la situación no cambie. En La Moncloa cruzan los dedos para evitar que se reproduzca una situación como la que vivieron con Sánchez: «Pedro Sánchez era tóxico» , afirman contundentes fuentes del Gobierno.