El Gobierno se conforma con que no haya sentencia antes de las catalanas
Tras una semana en la que ha visto que Garzón rechazaba las adhesiones (cerradas por parte del Ejecutivo y del PSOE) recibidas y que el TC liquidaba la ponencia que salvaba gran parte de la constitucionalidad del Estatuto catalán que salió de Moncloa, el Gobierno ... casi descarta que haya fallo antes de las elecciones catalanas, en noviembre. Ayer, a tan sólo una hora de conocerse ese nuevo parón, Fernández de la Vega se abstuvo de volver a recordar al TC que los tribunales «siempre» respetan las campañas electorales. Algo que sí hizo el pasado 31 de marzo, cuando cundía el nerviosismo en las filas socialistas ante la supuesta inminencia de una sentencia que se veía como la «puntilla» para un Montilla al que las encuestas no dan buen pronóstico.
El temor tanto en Ferraz como en la calle Nicaragua de Barcelona (sede del PSC) era encontrarse con una «bomba de relojería» política, en palabras de un alto cargo, que polarizara la campaña entre unos nacionalistas agraviados, CiU y ERC, y un PP triunfante con la sentencia en la mano. «Lo razonable es que se apliquen los mecanismos de la ley, que se designe otra ponencia y continúe el debate; tenemos que esperar», dijo ayer la vicepresidenta primera.
La sombra de la renovación
Todavía no se conocía en ese momento de la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que la hasta ahora ponente magistrada Elisa Pérez Vera ya no seguirá con su cometido y que lo asume el conservador Guillermo Jiménez. Ni siquiera ese asunto -nuclear y nefasto para el texto que Zapatero fraguó con Artur Mas en la sede de la Presidencia del Gobierno, pues pueden limarse aspectos muy sustantivos del texto- parecía ensombrecer esa apariencia de alivio.
Las fuentes consultadas por ABC prefieren abonarse a la tesis de la «número dos» del gabinete: es un debate «largo» y el recurso del PP contra «es uno de los más extensos, si no el más extenso» al que ha tenido que enfrentarse el tribunal.
Entre los socialistas se optaba también por culpar al PP de este retraso de cuatro años, al que el partido de Génova habría contribuido al «bloquear la renovación del TC» por proponer al PSOE «nombres imposibles de admitir». Eso y el consiguiente encastillamiento de cada magistrado en su posición, lo cual hace casi imposible a estas alturas del debate lograr un consenso de éste TC.
Se da la circunstancia de que el nuevo ponente, Guillermo Jiménez es uno de los magistrados cuyo mandato concluía en diciembre de 2007, junto con los de la presidenta, María Emilia Casas y los magistrados Vicente Conde y Jorge Rodríguez-Zapata.
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